•CAPITULO 40•

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—Oh, vamos, ¿Ya no puedes tolerar nada? —Cuestionó el chico de cabellos teñidos de un llamativo rubio mientras enredaba sus dedos en el cabello negro del chico arrodillado en el suelo obligándolo a elevar el rostro— Antes eras más divertido, ¿Ya no quieres lloriquear y pedir perdón?

—¿Te estás haciendo el valiente? ¿Quieres quedar bien ante Aiko? —Cuestionó otro de los chicos de cabellos ligeramente castaños antes de patear el estómago del chico en el suelo— ¿qué? ¿Te gusta mi novia? —Sonrió burlón dando un sonoro aplauso— Vamos puedes intentar quitármela, sólo tienes que golpearme, aquí, mira, te haré quedar bien frente a ella. —tocó ligeramente su mejilla izquierda— Sólo un golpe, vamos, ¿No eres un hombre? Puedes hacerlo.

—Yoshio por favor, ya basta, el no hizo nada. —Exclamó la chica de negros cabellos largos sujetándose al brazo del castaño.

—No te metas Aiko, esto es entre él y yo. —Con un movimiento brusco apartó a la chica antes de posarse en cuclillas junto al chico en el piso— ¿Nada? Vaya, al menos eres bueno aguantando golpes... Pero veamos que tanto puedes soportar. —Sonrió antes de golpear su puño contra el costado del chico provocando que este se doblara aún más pegando su frente contra el pavimento— Oh, vamos, incluso te dejaré usar tu Quirk para defenderte, adelante.

El chico de cabellos rubios rio de forma ruidosa y algo exagerada volviendo a elevar el rostro del chico al jalar su cabello— ¿Tienes algo que decir?

—Yo... —Trató de hablar con dificultad por el dolor.

—¿Si? —Habló el castaño.

—Yo...no tengo...una quirk. —Exclamó apretando la mandíbula cuando las risas se hicieron escuchar.

—¿Cómo? No pude oírte. —Indicó otro de los chicos quien estaba reposado en la pared observando la situación.

—Dilo más fuerte, Hiro no pudo oírte. —Ordenó el rubio refiriéndose a su compañero.

—Yo no tengo una Quirk. —Repitió algo más rápido y lo más elevado que podía permitirse.

—Qué obediente... Cómo un perro. —Sonrió Hiro metiendo las manos en sus bolsillos dispuesto a continuar viendo el espectáculo de sus amigos.

—Vaya, ¿Y cómo planeas quitarme a mi novia así? Ni siquiera tienes una quirk, no eres nada especial. —Soltó el castaño dando suaves cachetadas en la mejilla del chico— No puedes golpearme, no puedes hablar, no lloras, ¿Qué mierda sabes hacer? Además de escurrirte en los pasillos para molestar a mi chica.

—¡Ah, ya sé! Es un buen saco de boxeo. —Indicó el rubio desordenando los negros cabellos del chico en el suelo.

—¡Sí! ¿Lo ves? Incluso hallamos el propósito de tu vida, ¿No crees que merecemos un agradecimiento? —Cuestionó el castaño sonriendo ampliamente.

Ambos observaron al chico que aún se mantenía de rodillas en el suelo esperando una respuesta que tras unos minutos de silencio se les dio.

—Púdrete. —Gruñó escupiendo hacia el castaño ensuciando su pecho con su saliva y restos de sangre que había en su boca por los golpes.

Éste observó su camisa y dejando escapar un largo suspiro volvió a levantarse sólo para dirigir una fuerte patada hacia el rostro del chico enviándolo nuevamente de cara contra el piso.

—Bien, supongo que tener audiencia te da valentía, vamos levántate, demuéstrale a Aiko que no eres sólo un saco de boxeo, ven. —Ordenó el castaño— Dame un golpe si te crees la gran cosa.

Cazadora • BNHA x OC•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora