•CAPITULO 26•

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Busan, Corea del sur.

Unas horas antes.

La fría brisa del mar sopló con algo más de fuerza de lo normal moviendo el cabello y las ropas de las personas que se encontraban caminando por las calles en aquel día gris, estudiantes, parejas, amigos y algunas familias que disfrutaban el día en las incontables actividades que se realizaban en aquella ciudad cada día.

Al costado de la gran avenida una pequeña niña de cabellos castaños sujeta a la mano de su madre se adentró en una de las tiendas con gran emoción jalando a la mujer, el lugar que se encontraba con las paredes totalmente adornadas por distintos peluches y artículos característicos de la aplicación Kakaotalk había llamado su atención debido a los colores cálidos y agradables que caracterizaban aquella tienda.

La menor corrió con emoción por el lugar hacia el sector de los personajes donde tomó uno de los grandes peluches sacándolo con dificultad del mesón de muestra en el cual lo mantenían acomodado.

El pequeño cuerpo de la niña quedaba totalmente oculto tras el objeto causándole algo de ternura a la trabajadora del lugar quien se había acercado pues debía volver a poner el objeto donde le correspondía.

Las insistencias de la menor por obtener al menos una fotografía con él ya que el producto no estaba a la venta acabó por convencer a la mujer quien amablemente tomó el móvil que la madre le acercó y con un par de señas para posicionarse sonrió tomando la foto de ambas abrazando el gran peluche con amplias sonrisas que denotaban su felicidad.

La chica devolvió el móvil a la mujer observando cómo ésta le enseñaba las imágenes a su pequeña hija quien se encontraba satisfecha con el resultado expresando cómo se las enseñarían a su padre.

La amable trabajadora se acercó a la pequeña cuando está se dispuso a devolverle el peluche que apenas y podía cargar por lo cual lo tomó rápidamente para ayudarla dirigiéndose al mesón luego de despedirse de ambas con una reverencia entre sonrisas corteses.

La mujer detuvo sus pasos unos segundos cuando las luces de la tienda parecieron tambalearse por un momento notando cómo el resto de clientes y sus compañeros de trabajo también lo habían notado pues de igual manera observaban el techo.

Un escalofrío recorrió su espalda cuando un bullicio comenzó a escucharse desde la calle el cual rápidamente se elevó permitiéndoles a todos reconocer que aquello eran gritos.

Volteó cruzando miradas con sus compañeros quienes al igual que ella estaban confusos y notoriamente inquietos por la extraña situación sin saber cómo reaccionar.

Un grito salió de su garganta cuando el estruendoso sonido de los cristales rompiéndose la sorprendió haciéndola caer sobre su propio cuerpo agradeciendo que el peluche que sostenía frente a ella haya amortiguado el impacto de los vidrios y sillas que habían sido enviadas dentro de la tienda.

Los gritos desesperados se intensificaron con el pasar de los segundos tras el impacto paralizando su cuerpo cuando un fuerte gruñido resonó por todo el lugar seguido por los desesperados gritos de auxilio que pudo reconocer.

La chica movió el peluche levantándose con dificultad y sus manos llegaron en cosa de segundos hacia su rostro para cubrir sus labios tratando de ahogar el inminente grito de terror.

Las bestias similares a unos lobos rojizos pasaban corriendo por la calle persiguiendo a las personas que trataban de huir por su vida.

Pero la rapidez y ferocidad que aquellos monstruos poseían no les dio oportunidad alguna, las víctimas estaban siendo atacadas sin piedad perdiendo a mordiscos partes de sus cuerpos antes de fallecer por la gran pérdida de sangre o las mordidas dirigidas a sus cuellos cuando de modos desesperados traban de luchar contra ellos.

Cazadora • BNHA x OC•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora