CAPITULO 63

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Kanae abrió sus ojos con lentitud y dificultad por el ligero sonido que interrumpía sus sueños.

El golpeteo de la lluvia contra los cristales de su habitación la hicieron despertar con algo de fastidio cuando notó que aún no era momento para despojarse de su descanso.

Con algo de pereza giró en su costado para apoyando su mejilla contra la palma de su mano y así se acomodó mirando a los desordenados cabellos purpuras a su lado, con cuidado de no despertarlo acarició estos esbozando una ligera sonrisa cariñosa.

...por favor mantente a salvo.

Frunció sus labios ante sus inevitables pensamientos inquietos.

Con un corto suspiro y esperando que el menor continuara descansando se levantó con precaución para ir a tomar una ducha caliente, tras vestirse y arreglar los últimos detalles de su maleta decidió ir al silencioso primer piso.

Dejó sus pertenencias junto a la entrada antes de asomarse en la habitación que su padre utilizaba y sus grises cejas se arquearon al no encontrarlo descansando.

Al igual que ella, había despertado antes de lo previsto.

La cazadora entró despacio acercándose al hombre que fumaba de pie frente al gran ventanal de su cuarto, éste le dio una rápida mirada expulsando el humo con lentitud.

Sus grises cabellos sueltos por la humedad que mantenían acariciaban sus hombros, su celeste mirar volvió hacia el paisaje que su nueva adquisición le entregaba y su mano libre acabó dentro del bolsillo de su delgado pantalón de dormir luciendo despreocupado.

—Creí que aprovecharías de dormir todo lo posible junto a tu hermano. —Habló despacio tras unos pocos segundos.

—No quiero acabar despertándolo por no poder dormir más. —Respondió en un tono tan tranquilo cómo el de su padre— No necesito algo así, pronto estaré de vuelta para repetirlo.

El hombre de grises cabellos sólo dio otra calada a su cigarro sin responder.

Las gotas continuaban cayendo sobre el patio frente a ellos, los árboles se agitaban con suavidad por el viento y tanto padre e hija se perdieron en la nubosa postal, guardando silencio en sus propios pensamientos.

Cuando Kenji acabó con su cigarrillo volteó a ver a la chica a su lado.

La seria cazadora que a momentos parecía un reflejo de su propio ser.

Cuanto había crecido y experimentado en todos estos años, cuanto había sufrido y cuanto habían celebrado juntos, Kanae ya era toda una mujer, capaz e increíble. Pero aún con todo ello, para el siempre sería su preciada hija a quien necesitaba proteger.

—Lo siento...no debí haber reaccionado de ese modo, no quise- ha...perdón.

Kanae se disculpó con un ligero tono al sentir la mirada de su padre sobre ella.

—No lo hagas, está bien de ese modo, no esperaba menos de ti. —Explicó ganando la mirada de la más baja— Sé que todo lo que deseas es protegerlo.

La chica asintió despacio.

—Lo entiendo, así que no necesitas disculparte. Pero debes volver a casa conmigo, no puedo dejarte aquí.

Kenji habló tranquilo mientras observaba atento las expresiones en el rostro de su hija, podía notar que no estaba de acuerdo con su decisión, por lo que necesitaba explicarlo mejor.

—Toda esa preocupación, todo ese dolor, esa inquietud y esa ansiedad que sientes en tu pecho al pensar en dejarlo. —Continuó deslizando el fino mechón de cabello de la chica entre sus dedos para acomodarlo tras su oreja— Todo eso y más es lo que siento yo desde el momento en que tus pesadillas volvieron a aparecer.

Cazadora • BNHA x OC•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora