Encantadora, era tal vez la mejor manera de describir a Hirano Kanae. La intrépida chica que derribo más de un muro para posicionarse entre los mejores, superó sus melancolías y se armó de valor para volver a las tierras que la vieron nacer.
Nuevos...
Abrió sus ojos con dificultad al sentir los rayos del sol golpeando su rostro, trató de acomodarse hacia el otro lado de la gran cama, pero ya era inútil, el sueño había huido de su cuerpo.
Soltó un quejido de resignación y se sentó con lentitud sobre la cama para comenzar a estirar sus brazos y luego levantarse para hacer lo mismo con el resto de su cuerpo.
Lavó su cara y cepillo sus dientes antes de comenzar a peinar sus delgados cabellos grises con delicadeza, Bostezo levemente y fue a su closet para tomar una playera varias tayas más grandes que las suyas perteneciente a su compañero y se la puso, Pues dormía solo en ropa interior.
Ya con ella puesta caminó hacia la entrada del departamento abriendo la puerta antes de que el primer golpe sonara. —Buen día, Cariño. —Habló cálidamente, Dabi solo la miró y negó levemente mientras entraba, sus ojos azules la recorrieron de pies a cabeza unos segundos cuando se percató de su vestimenta, esto causó una ligera risa en la chica, Después de todo tras tantos años juntos, nada era incomodo entre ellos.
—Woah, Realmente está lleno. —Murmuró la chica registrando la nevera—¿Quieres algo en específico?
—No, Pero necesito un café. —Respondió Dabi mientras revisaba la Tablet que traía en sus manos— Hay mucho que recorrer hoy.
—Es por eso que despertamos tan temprano. —Agregó con una leve sonrisa mientras preparaba dos cafés y luego sacaba lo necesario para preparar un desayuno que les permitiera resistir las horas de trabajo que se les venían
Ambos se mantuvieron platicando mientras disfrutaban su desayuno, al terminar la chica fue enviada a prepararse por parte de su compañero la cual obedeció pues habían perdido algo más de tiempo enredados en su conversación.
Kanae llevaba una playera negra de mangas largas ajustada que cubría hasta unos centímetros bajo sus pechos, dejando parte de su abdomen al descubierto, unos pantalones negros hasta la cintura con unas ligeras aperturas por los tobillos que permitían apreciar sus tacones, acomodo una boina sobre su cabello suelto y se puso sus lentes de sol, tomando su teléfono del velador se dirigió a la salida de su departamento donde ya la esperaban. —Te van realmente bien las boinas. —Comentó el de cabellos negros mientras la observaba antes de entrar juntos al ascensor.
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•Imagen referencial.•
Una vez fuera del edificio Konan ya los esperaba y tras un rápido intercambio de saludos subieron directamente en el vehículo para comenzar sus labores.
El equipo recorría cada área de la gran ciudad colocando unos dispositivos negros en los tejados, bastante pequeños para ser realmente notados por la gente, Encargados de captar las ondas de energía varios metros a la redonda.
El héroe de alas carmesí había notado a la distancia una figura ligeramente conocida posada sobre la azotea de un alto edificio, Por lo que decidió acercarse sorprendiéndose un poco de sus sospechas, se detuvo un momento en el aire antes de aterrizar y aprecio por un par de segundos la figura que se encontraba en cuclillas con un extraño dispositivo en sus manos, Esta le dirigió una leve mirada cuando se percató de las pisadas del contrario y como si nada continuó con su cometido, apretó un par de botones en aquel objeto desconocido para el cenizo y lo pego a la estructura.
