•CAPITULO 25•

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Los tranquilos pasos eran lo único que resonaba en los largos pasillos de la academia hasta que el timbre del receso se hizo sentir indicando el momento perfecto para arribar al salón de su hermano menor.

Sonrió con amabilidad a los estudiantes que cruzaban miradas con ella mientras se acercaba a su destino, una vez llegó abrió la gran puerta encontrándose de frente con el alto hombre de desordenados cabellos negros quien elevó una ceja al notarla.

—Hey, Sensei. —Sonrió en su dirección antes de tratar de ver dentro del lugar distinguiendo la cabellera purpura reposada sobre el escritorio al final del salón.

—¿Por qué estás aquí en horario de clases? —Cuestionó el mayor, más como un reproche por la posible distracción que causaría la animada chica.

—Vine para entregarle algo a mi hermano, esperé hasta el receso para no interrumpir sus clases. —Se defendió elevando ambas manos a la altura de sus hombros y enseñando la bolsa que cargaba.

—Debes volver en cuanto suene la campana, Hirano-san.

—Lo sé, lo sé, no perturbare sus importantes clases, Aizawa.

—De acuerdo, no te quito más tiempo.

—Puedes quitármelo cuando quieras. —Habló por lo bajo para solo ser escuchada por el héroe.

—Hirano-san. —Advirtió en el mismo tono.

—Es una broma. —Dejó escapar una suave risita— Pero si tenía la intención de pasar a platicar contigo, Sensei.

—Mh...bien. —Respondió con algo de desconfianza ante aquel aviso.

Una vez el mayor se apartó para permitirle la entrada la chica de largos cabellos grises se adentró en el salón posando su índice sobre sus labios en una clara ceña para no ser delatada por los estudiantes que habían notado su presencia mientras se acercaba al último puesto en la fila junto a las grandes ventanas.

Rodo el escritorio para ver el rostro dormido de su pequeño hermano y doblo sus rodillas posándose de cuclillas junto al pupitre con sus manos sujetas a éste observando al menor.

Tras unos segundos en ello aparto algunos cabellos rebeldes que caían sobre el claro rostro del chico antes de posar sus dedos sobre su mejilla y con una sonrisa traviesa jalar de esta.

—¡Auch, auch, auch! ¿¡Qué mier- —Sujetó con algo de fuerza la muñeca de su atacante al erguirse por el molesto dolor en su rostro y sus parpados se abrieron con sorpresa cortando sus palabras al notar a la sonriente chica frente a sus ojos.

—Eres bastante fuerte, Cielo. —Añadió calmada observando su muñeca la cual fue liberada al instante dejando unas ligeras marcas rojizas que se borrarían a los minutos.

—¡Neesan! ¡Lo siento, lo siento! ¿Te lastimé? ¿Te duele? —Hitoshi movió sus manos torpemente sin saber cómo reaccionar.

—No duele, tranquilo. —Admitió desordenando los cabellos purpuras del inquieto menor al ponerse de pie— ¿Te quedaste jugando toda la noche?

—¿Ah? —Algo confuso miró a la grisácea quien se sentaba sobre su escritorio.

—Tienes bastante más marcadas tus ojeras, Shin. —Comentó para darse a entender, nunca había comprendido si el chico no dormía apropiadamente o sus ojeras eran simplemente parte de él.

—Oh...Sí, probé el juego que me enviaste y no me percaté del tiempo, ¡Pero no me dormí durante la clase! —Confesó rascando ligeramente su nuca esperando no ser regañado.

Cazadora • BNHA x OC•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora