•CAPITULO 51•

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Keigo se dejó caer en el sofá, apegando su espada a la superficie tras despojarse de la gran mayoría de sus rojizas plumas, soltando un largo suspiro terminando de escuchar la historia del cazador.

Su corazón estaba inquieto con el sentimiento de tristeza que invadía su pecho al volverse conciente del dolor por el que Kanae había tenido que atravesar y aún estaba sintiendo.

Estaba preocupado por el estado actual de ella y claro estaba ansioso por tratar de encontrar alguna forma para hacerla sentir mejor una vez esta despertara, pues no podía imaginar alguna palabra de consuelo con su mente aun repitiendo la narración de lo ocurrido unos años atrás.

Y del mismo modo estaba preocupado por el chico frente a él quien se veía claramente irritado mientras hablaba con anterioridad, Keigo tenía más que claro cuán importante Kanae era para Dabi, pero mediante más tiempo pasaba con el ojiazul menos podía entender los caminos que aquella mente tomaba cuando se trataba de la vida de su compañera.

Kanae había sufrido por un largo tiempo debido a su perdida y aquello claramente había lastimado de igual modo a todo el que se hubiese mantenido fielmente a su lado, aunque el cazador no estuviese dispuesto a demostrar el daño emocional que le provoco el ser testigo de su largo luto, tan sólo podía refugiarse en su ira, dirigida al causante de todas las lágrimas derramadas por la chica a quien anhelaba proteger.

Keigo era capaz de comprender la dirección de su mal temperamento, el orgulloso ojiazul preferiría seguir reprimiéndose que ser sincero con Kanae y acabar lastimándola aún más por aquella errónea costumbre de asumir la responsabilidad por todo lo ocurrido a su alrededor.

Vaya tonto, tú también necesitas un descanso.

Los orbes dorados se movieron hacia la cama a unos metros donde la chica se mantenía recostada aún inconsciente, su rostro se veía sereno y parecía haber recuperado su color tras el pasar de las horas brindándole algo de alivio.

Sus puños fueron cerrados ligeramente apreciando aquel bello rostro con detenimiento, el héroe estaba impaciente por verla despertar. Quería escuchar su voz, quería ver sus bellos ojos en él y poder atraparla entre sus brazos esperando comprobar con sus propias manos que ésta estaba a salvo.

Unos segundos de silencio se hicieron paso cuando se perdió en la imagen que se ofrecía, pensar en el estado emocional en el que Kanae se encontraba le provocó un mal sabor de boca haciendo que su pecho se sintiera algo incómodo otra vez.

Ni siquiera podía tratar de ponerse en su lugar, sólo imaginar perder a quien amabas en esas circunstancias era impensable.

¿Sería capaz de seguir con mi vida después de algo así? No, ni siquiera puedo imaginarlo, claro que no tengo la fuerza para eso. Haber amado a alguien por tanto tiempo y que luego desaparezca así no es...no, ¿Haberlo amado?

El chico frunció el ceño suavemente.

—Aún está enamorada de él. —Murmuró suavemente para sí mismo ahogando el revoltijo que aquella imagen provocó en su estómago.

Los ojos azules de dirigieron hacia el héroe, era una suerte que éste estuviese lo suficientemente perdido en sus pensamientos para no notarlo.

—Se siente culpable por su muerte...y eso no le permite avanzar. —El chico respondió por lo bajo, su azul mirada estaba perdida al posarse en la copa que aun sostenía entre sus dedos— No puedes olvidar a alguien cuando aún hay cosas pendientes.

—¿Culpable? —El héroe arqueó una de sus cejas confundido— ¿Por qué tendría alguna culpa de lo ocurrido? Ella ni siquiera estaba allí. —Volvió a fruncir el ceño disgustado por las palabras del cazador.

Cazadora • BNHA x OC•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora