Cazadora • BNHA x OC•

•CAPITULO 54•

Kanae frunció ligeramente el ceño cuando un cosquilleo se sintió en su cuerpo, abrió sus ojos lentamente bajando la mirada para notar el abultamiento bajo su ropa.

Por la cálida sensación que le había provocado junto a las cosquillas del repentino desliz podía suponer que era Dabi quien había metido su mano para acariciar su abdomen.

Se removió un poco tratando de huir de la sensación, pero el chico estaba dormido por lo que no funcionaría.

Por el contrario, la sujetaría aún más si continuaba moviendose.

Sin mucho problema prefirio rendirse y un corto bostezo se escapó de sus labios mientras miraba hacia el lugar vacío frente a ella.

—¿Me buscabas, linda?

La amable voz del héroe la hizo mirar en su dirección, éste se encontraba junto a la puerta de entrada empujando un pequeño carrito metálico el cual tenía sus desayunos.

—¿Llevas mucho despierto? —La chica cuestionó frotando uno de sus ojos.

—Mmn..¿Una hora talvez?

—Deberías habernos despertado. —Habló suavemente sentándose en la cama.

Dabi soltó un par de quejas inentendibles mientras giraba para recostarse sobre su propia espalda, cubrió sus ojos de la luz natural con su antebrazo antes de hablar.

—¿Por qué me despiertan?

—Sólo me senté, cariño, no trataba de despertarte.

—Mm.

—Pero yo si iba a despertarte, así que es algo bueno. —Comentó el héroe mientras llevaba la comida hacia los sofás.

—¿Qué quieres?

—Alimentarte.

Dabi quitó su brazo para observar al chico moviendo los platillos, pareció pensar por unos segundos para luego finalmente levantarse con movimientos perezosos.

La grisácea rio algo divertida y lo imitó acercándose también.

—¿Trajeron algo de mi ropa? —La grisácea quién como de costumbre estaba sentada sobre la alfombra dio una mordida a su Bagel mirando a ambos chicos.

El ojiazul asintió dándole un sorbo a su café.

—Aunque no hubo mucho que pudiésemos rescatar.

—Agh. —Refunfuñó frunciendo el ceño.

—Pero tienes algo para cambiarte al menos. —El héroe sonrió tratando de animarla.

Kanae sonrió agradecida por la intención antes de asentir.

—Está bien, tengo algo que hacer, es bueno poder cambiarme antes.

Ambos chicos arquearon una de sus cejas mirándola.

—¿Hacer qué? —Cuestionaron a la vez.

—Hay algo que debo recuperar.

Kanae respondió con algo de confusión por aquella reacción.

—¿Qué? —Esta vez sólo el cazador habló.

—Algo importante.

El chico de negros cabellos desordenados frunció el ceño ante su ambigua respuesta.

La grisácea terminó su ducha luego de desayunar junto al entretenido y perspicaz dúo, cambió sus ropas por lo que pudo encontrar en el bolso y secó sus largos cabellos mientras se sentaba en el sofá observando la gruesa espalda del cazador quien fumaba en el balcón platicando con el cenizo el cual estaba caminando por el borde cómo si hiciera equilibrio mientras sonreía animado.