•CAPITULO 16•

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El tiempo seguía avanzando manteniendo ocupados a los enviados de Corea, con los conocimientos de la asociación adquiridos tras los años esperaban que mediante las semanas avanzaran desde su llegada más mazmorras aparecerían sin embargo el proceso estaba siendo más lento de lo que imaginaron.

La mayor molestia para los Cazadores seguía siendo los interminables patrullajes que debían hacer a lo largo de la ciudad, no negarían que estaban hartos de hacerlos.

Pasaban la mayor parte del tiempo moviéndose de un lugar a otro hasta que su tortuosa rutina cambió y ahora se hundían bajo montañas de papeleos pues debían rendir cuentas de sus actos no sólo a la asociación de cazadores, sino también al gobierno Japones, quienes una vez se hizo totalmente publica la identidad de ambos Cazadores exigieron que fueran monitoreados cada tantos pues no trabajaban bajo órdenes de aquel país y no podían confiar ciegamente en ellos.

Reuniones difíciles para ellos, pues ser tratados con desconfianza cuando llevaban semanas protegiendo sus vidas no fue tomada de la mejor manera, Kanae trataba de mantener sus mejores ánimos y su sonrisa de negocios en todo momento pues entendía que los políticos siempre se comportaban así.

Aunque no disfrutara las insinuantes acusaciones de ser un peligro debía comportarse con decoro pues era la principal representante de la Asociación de Cazadores y no permitiría que fuesen vistos en menos.

Para su suerte la Comisión de seguridad pública intervino tras unos días librándolos de los interrogatorios que disfrazaban como "reuniones" cada tarde quedando así sólo en el acuerdo de entregar informes cada vez que se enfrentaban a las mazmorras, una responsabilidad más a su lista, pero al menos era mejor que volver a encontrarse con los agentes del gobierno.

Cuando las identidades de los Cazadores junto a su labor se dieron a conocer fue algo difícil para ellos pues ser comparados con los héroes en cada programa de televisión en el que se mencionaban no era agradable, sus borrosas imágenes circulaban por la red junto al video del accidente en el cual la cazadora se involucró, cómo en cualquier situación la opinión pública se mantenía dividida, algunos agradecían su labor mientras otros solo los querían fuera del país para que los héroes se encargaran de los problemas que causaban las mazmorras.

Después de todo para ellos los Cazadores eran sólo lo que mostraban en la televisión, Corea no entregaba información personal así que los medios japoneses sólo mantenían sus especulaciones y juegos de farándula mencionándolos para subir su popularidad.

Actos que trajeron consecuencias en la paz que habían disfrutado el dúo coreano pues ahora eran reconocidos en la calle por algunas personas y eso jamás les había parecido cómodo ni siquiera en su país, era una gran diferencia para ellos pues los coreanos no se acercaban a los cazadores cuando estos no estaban trabajando, en cambio los japoneses sí lo hacían interrumpiendo las comidas o paseaos que el dúo disfrutaba compartir a solas.

———

La noche había caído, los informes de las mazmorras destruidas en la semana estaban apilados sobre la mesa y los restos de café se mantenían en el fondo de los grandes tazones a un lado de las computadoras mientras las dos figuras, gris y negra mantenían su cabeza posada sobre la mesa tratando de eliminar la fatiga que sentían sus ojos por las horas que llevaban mirando la pantalla.

Hartos, era la mejor forma de describir cómo se sentían con la forma en la que habían estado viviendo esas semanas de caos, la única distracción y forma de liberar su estrés eran las mazmorras qué por su mal humor acababan destruyendo más rápido de lo normal.

Necesitaban salir al fin de su tortuosa rutina que no les había permitido ni siquiera ver al pequeño chico de cabellos purpuras, cosa que mantenía de peor humor a la chica cada vez que debía explicarle por teléfono que aún no podrían encontrarse.

Cazadora • BNHA x OC•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora