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Desperté a la mañana siguiente con una resaca terrible, poco recordaba de lo que había pasado anoche. Mi celular sonó indicando que había llegado una notificación, no le tomé importancia pues el dolor de cabeza me gritaba que quería una Aspirina.

No recordaba dos detalles, por ello, cuando salí de mi habitación directamente a la cocina grité lo más alto que mis cuerdas vocales me permitieron, grito que exaltó tanto a la persona frente al refrigerador como a aquella que se recostaba en la barra. Iba a tomar uno de los espejos para poder defenderme de los intrusos, pero al verlos mejor sólo quedó entre mis manos sin el afán de herirlos.

— Menuda mierda Titi, si nos vas a dar los buenos días así yo no quiero nada. — Kaumaru se levantó de su asiento buscando sus llaves por los sillones. Tonacho se reía mordiendo sus labios para hacerlo menos evidente, aunque realmente hacía que se notara más.

— Joe macho, pero es que con esas pintas ambos parecen ladrones. — Recriminé con gracia al mismo instante en el que Kau tomaba de la mano al de ojos rojos, mismo que parecía nervioso por algo.

— Luego te invitamos a comer. Gracias por tu hospitalidad, Ricardito. Nos vamos que tenemos una junta de vecinos. — Y sin siquiera poderme despedir bien de ellos, cruzaron por la puerta para después cerrarla dejándome solo.

—Capullos — Tomé una Aspirina de la alacena para ingerirla con ayuda de un poco de agua. Me senté en la misma barra en la que Kau había estado hacía poco y por fin saqué mi celular para leer lo que me habían mandado.

Era de un número desconocido, en la foto de contacto se miraba a una gata y una mano blanca acariciándole la espalda.

Número desconocido

Holaa, ¿todo bien?, Anoche te dejé en tu cama pasadas las 12.
✓✓   9:56

Te vi que estabas ido, espero la resaca no te haya pegado tan fuere.
✓✓   9:56

*Fuerte :(
✓✓   9:57

Eché una risilla mientras leía el último mensaje, en ese instante supe que era Killer por lo que agendé el número y continué la conversación.

Buenos días!
✓✓   10:05

Gracias por traerme a casa, te debo una.
✓✓   10:06

¿Qué te parece una comida?, Hay un buffet de alitas por el centro.
✓✓   10:06

En ese buffet trabajo entre semana, sé que es bastante caro y no podría pedirte algo así.
✓✓   10:08

Con un helado me conformaría :)
✓✓   10:08

Vale, me sirve
✓✓   10:08

¿Hoy puedes?
✓✓ 10:08

Sólo antes de las 8:00, pon hora.
✓✓   10:10

Perfecto, nos vemos a las 2:00. ¿Dónde?
✓✓ 10:11

El parque del monumento del Nether queda de punto medio entre nuestras casas. Ahí te veo :)
✓✓   10:12

Vale, hasta entonces :D
✓✓   10:12

Dejé mi teléfono sobre la barra y comencé a replantearme lo que acababa de pasar. Me iba a pegar una ducha pero cuando volví a tomar el espejo para ponerlo en su lugar me di cuenta de la razón por la que Tonacho reía y la rapidez con la que se fueron.

— ¡Pero qué... Me cachis en la mar! — tenía la cara pintada como si tuviera lentes, bigote, barba y arrugas con lo que pronto sabría era plumón indeleble de color violeta. No se me quitaría ni aunque me arrancase el rostro diez veces.

Me hubiese dado igual de no ser por un detalle: ¡Había quedado de verme con Killer en unas horas!, No podía cancelarle, ¿Qué iba a pensar de mí?.

Me dí una ducha y después de vestirme traté de cubrir los rayones con pintura para fiestas que Kaky alguna vez dejo en mi casa, pero la tinta se notaba bastante aún así. Vi la hora dándome cuenta que ya era la 1:40; no evité entrar en pánico así que inteligentemente me puse un cubrebocas y unas gafas de sol, escondí un poco con algunos mechones de cabello que daban el largo y, lo más decente que pude, salí de casa corriendo pues eran 20 minutos de camino.

Encontré un taxi y gracias al cielo pude llegar a tiempo, eran las 2:02 y Killer ya se veía sentado en la banca más cercana a las afueras del parque, su pierna derecha estaba inquieta.

Pagué y me dirigí hacia el albino, sus pálidos labios formaron una sonrisa algo confusa.

— Parece que corriste una maratón, siéntate un rato. — Se hizo a un lado dandome más espacio, yo me dejé caer en la banca y traté de ventilar un poco.

— Casi, no había ningún mísero taxi cerca y tuve que correr. ¿Llevas mucho aquí? — negó con la cabeza.

— Sólo unos minutos. ¿Te sientes bien?, ¿Pescaste un resfriado? — Lo miré confuso, luego señaló al cubrebocas y no tuve más que mentirle.

— Sólo es alergia. — al parecer aceptó esa respuesta pues dejó de preguntar, luego de eso fuimos a la heladería.

Debo admitir que no esperaba para nada lo que pasaría ese día, sobretodo desde el primer momento en que nos desviamos del camino a nuestro objetivo principal.


𝕍𝕚𝕠𝕝𝕖𝕥𝕒  [ᴋɪʟʟᴇʀʀɪᴄʜ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora