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[pq verga puse esa canción?, Este es un fanfic cristiano lpm... pero así se queda]

Me recuperé poco a poco.

Duré alrededor de un mes en el hospital; por el frío algunos de mis nervios sufrieron mucho evitandome caminar sin dolor, por lo que tuve que usar una silla de ruedas durante una temporada.

Todos los días Killer fue a visitarme, algunas veces en compañía de Violeta con quién me llevé bien, aunque no tanto como Rubén lo hacía. Llegamos a la conclusión de que adoptarla sería una buena idea, pero había que hacer algunas cosas antes.

Entré lo antes posible a Perma más que nada por decisión propia; extrañaba trabajar y mantenerme ocupado a lo largo del día, así que instalamos una rampa para discapacitados y no tuve tiempo que perder.

No me costó nada adaptarme de nueva cuenta, sobretodo con la ayuda de mis amigos y de mi hermano, quién me dió mi lugar para poder gestionar la empresa.

Solía salir con frecuencia acompañado de alguien a pasear por la plaza ya que era necesario que me diera el sol un poco. Casi siempre con Killer, comprabamos un helado y nos quedábamos en una banca para disfrutar del día.

Tenía que ir a rehabilitación de vez en cuando; Kolo era un gran apoyo en esto debido a que constantemente iba al hospital; gracias a él y a Bagettita no tardé en volver a caminar, pero evitando correr. Rubén y Violeta me esperaban fuera cada sesión, listos para seguir con el día y para preguntarme por mis avances.

Todo iba bien, pero faltaba algo...

— ¿Quieres un trago, Rich? — me preguntó Crisgreen, detrás de la barra en la que hace meses solía estar Killer.

— Una Coca cola, ya sabes... — no podía consumir alcohol, menuda birria. El pelirrosa destapó la botella y me la entregó junto con un vaso con hielo. — Gracias. —

— ¿Cuál gracias?, Encuerate. — Su gesto serio me hizo dudar un poco de la veracidad de aquella broma, él rió al verme confundido. — Ricardo, relájate un poco... Es viernes, disfruta la noche. —

— ¡Vámonos al antro! — sugirió Shadoune, que estaba a mi lado junto con Rubik, ambos ya bastante animados por el alcohol que habían consumido.

— ¿Cómo por qué ir a un club nocturno?, ¿Qué no ya están comprometidos? — preguntó Farfa, quien venía de llevar un par de cócteles a una mesa.

— ¡Vamos, hacen unos club sándwich de puta madre!, Además, hay que variar un poco de ambiente de vez en cuando... — Rubik habló, rodeando su brazo por el cuello del francés. — Invita a Killer, vámonos los 6. —

— Esperen, nosotros pasamos. Si Sili no nos ve aquí nos asesina. — Crisgreen negó, recordando la vez que el bigotón lo había cachado durmiendo en el almacén en horas de trabajo. Mientras, saqué mi teléfono para poder marcarle a Rubén. Puse su número y esperé a que contestara.

— Diga... — su voz sonaba somnolienta, me sentí mal cuando supe que lo había despertado.

— Rubik y Shadoune irán a un club, me invitaron. ¿Quieres ir?, Sería algo así como una cita doble. — él se quedó unos momentos en silencio, yo tomé de mi bebida tranquilamente.

— Ir a un lugar en el que la gente baila y va a tomar, fumar y divertirse con música moderna de fondo, seguramente con algún espectáculo sexual incluido, en pleno viernes por la noche... estoy muy mayor para eso, Ricardo. Me duele la espalda y lo único que quiero es dormir... — miré a mi lado, la pareja ya estaba lista para irse, tenía que convencerlo de venir si no quería ser arrastrado solo.

— Va a haber un sándwich — fué lo primero que me llegó a la mente para convencerlo, afortunadamente funcionó.

— Mándame la ubicación, allá los alcanzo. — me colgó, seguramente para poder arreglarse rápido.

Pagué lo mío y salimos del bar para poder ir al club. Caminaba detrás del par de tortolos que iban cantando alguna canción que desconocía. El antro vaya que estaba lejos, pero ni loco llevaba mi auto con ellos en estado de ebriedad.

Cuando llegamos, notamos que estaba casi a reventar de gente. Shadoune fue el que nos ayudó a abrirnos paso entre la multitud para llegar con el cadenero: un hombre grande que reconoció al francés y nos dejó pasar a los tres sin problemas.

Adentro estaba irónicamente más vacío que afuera. Incluso pudimos agarrar un sillón para nosotros solos.

Rubik desapareció para ir por su tan anhelado emparedado, Shadoune caminó entre la gente para ir al baño y yo terminé quedándome sólo, cosa que no duró demasiado ya que un apuesto joven albino, alto, vestido con lo un pantalón formal y un suéter que seguramente era lo primero que encontró al revisar su armario, tomó mi hombro con gentileza.

— ¿Puedo? — preguntó, yo me hice a un lado para dejarle sentar.

— Claro que si, caballero. — ambos mantuvimos una sonrisa que no duró mucho, sobretodo porque una chica se acercó a nosotros y sin preguntar, se sentó a un lado de Killer.

— 'oaaaaaaaa — hablaba como teletubbie, seguramente debido a que tenía una gran cantidad de alcohol en el cuerpo. Yo aguanté la risa mientras veía cómo se le pegaba más y más a mi pareja. — 'amos a bailar — alargó la r al mismo tiempo que volvía a levantarse tomando la mano de Rubén cuya cara era un poema. Me miró, pidiéndome ayuda para salvarlo de irse con la señorita chiflada.

— Ve a bailar, Killer. La chica es muy bonita, quizás hasta te dé tu beso de buenas noches. — fue una hazaña aguantar tremenda risa. Él me vió como si quisiera matarme antes de que la fuerza bruta de la joven fuese suficiente para llevárselo.

Llegó Rubik con dos platos y cuatro Coca-Cola, cargandolos tanto con las manos como con la cabeza, los dejó en la mesita frente al sillón y se sentó a mi lado.

— ¿Y Killer? — preguntó, yo lo señalé al instante. La chica se le estaba restregando en todo el cuerpo mientras él moría de molestia. — ¿No vas a hacer nada al respecto? — negué con la cabeza. — Pfff... Que confianza. Yo ya le hubiera dado un golpe a Shadoune, sobretodo con esa suerte que tiene para las chicas; en estos sitios es común que alguien busque algo de una noche, y entre tanto alcohol y drogas... Te puedes voltear como tortilla.— Pensé en lo que había dicho; sabía que no era para soltar cizaña, sino palabras de alguien ya borracho.

Aún así me levanté del sillón.

Me dirigí hasta donde estaba Killer y lo aparté de la chica a sabiendas de que me esperaba un reclamo por parte de ambos, uno más discreto que otro.

— ¡Idiota! — la ignore y me llevé a mi novio de vuelta a nuestro asiento. Ahora el que reía era él.

— ¿Por qué ese repentino cambio de opinión? — se puso a mi lado, pasando su mano por mis hombros para abrazarme. Yo tomé una papa frita y se la metí a la boca para que dejase de hablar. Rubik rió al ver mi rabieta, tomó de su refresco antes de volver a hablar.

— Ustedes nunca se muestran cariño en público, quizás por eso la chica supuso que estaba sólo. Hasta parecen dos amigos nada más. — Okay, quizás el blaze ya empezaba a ser un poco irritante.

— Es que a Rich no le va eso, es demasiado reservado con la gente que no conoce, sinceramente a mí... — lo interrumpí con un beso, Rubik siguió comiendo, sorprendido, sin saber el poder de sus palabras. La chica, que venía otra vez a por Killer, se dió media vuelta en cuanto nos vió — ¿Qué te pasa?, ¿Tomaste?. Sabes que no deberías hacerlo hasta que no se acabe el tratamiento.— Su preocupación era adorable, me tomó del rostro para que pudiera verlo. Me soltó en cuanto negué.

— Joder, quizás sólo estoy cansado. — Tomé uno de los platos, comiendo de este e invitandole a mi pareja. Eran lo suficiente para dos personas. — Perdona por no evitar que te llevara... —

— Te perdono sólo si me das otro beso... — lo soltó, yo accedí pasando mis dedos por su rostro mientras me acercaba a él y unía nuestros labios; seguimos comiendo. — Oigan, ¿y Shadoune? — Rubik se encogió de hombros, yo lo comencé a buscar con la mirada hasta encontrarlo en una mesa jugando al UNO, él sólo contra otros tres sujetos que no se veían muy sociables, dándoles una paliza.

Menuda noche rara.

𝕍𝕚𝕠𝕝𝕖𝕥𝕒  [ᴋɪʟʟᴇʀʀɪᴄʜ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora