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Dream estaba de frente al sitio abandonado en el que dejó a dos ratas encerradas por orden del jefe: Great Glorious. George, a su lado, mantenía en sus manos la pistola que siempre portaba, su única misión era proteger al rubio, y vaya que estaba dispuesto a todo para cumplirla.

Bueno, quizás únicamente hasta ese momento en el que no pudo hacer más.

Antes de entrar a la morada, policías armados aparecieron en la escena apuntando a ambos. Detrás de todos, vehículos polarizados todo terreno llegaban para evitar que aquellos dos criminales escaparan.

- ¡Arriba las manos, suelten todas sus armas! - Chincheto, dentro de uno de los vehículos, habló usando el megáfono. Cuando se veía que Dream y George obedecerian, rápidamente el rubio entró y el castaño oscuro disparó y protegió con su cuerpo. Logró herir a un policía, pero fue acribillado al instante por incontables balas.

Dream no perdió el tiempo y corrió directamente a la habitación en la que se encontraban sus rehenes; entre más se acercaba podía oir con mayor claridad los desgarradores gritos de Killer.

- ¡Rich, mierda, abre los putos ojos! - su voz sonaba más grave, se le cerraba la garganta - ¡No me dejes, cabrón, despierta, anda! - sus lágrimas eran de la más pura impotencia, hacía lo posible por safarse del agarre de las cintas, pero ni con toda su fuerza y la adrenalina corriendo por sus venas lo lograba.

Dream vió la escena, pero como el reverendo insensible que era únicamente se limitó a sacar de su sudadera un arma y apuntarle al albino. Lamentablemente no contaba con que uno de sus lacayos lo traicionaria.

Wilbur cruzó la puerta y le disparó a la cabeza. La sangre salpicó al rostro del inconsciente Ricardo, y del histérico Rubén, pero por la situación poco importaba a decir verdad.

- Si este hijo de puta va a ser asesinado, que sea yo su asesino. - Susurró, situandose a un lado de Killer, pisando el inerte cuerpo de Dream en el proceso. Lo desamarró y él se cayó de la silla, arrastrándose hasta llegar al pelinegro.

Killer miró sus dedos, párpados, mejillas y labios de una tonalidad violeta. Pasó sus manos por su rostro tratando inútilmente de despertarlo.

- ¡Rich, reacciona por favor, no te puedes morir!... No me dejes así. - se aferró a sus piernas igual de frías que el resto de su cuerpo. Soot, queriendo dejar de oir los gritos del albino, apuntó su arma a la cabeza de este pero antes de que pudiese disparar una bala llegó impactando en su brazo haciendo que soltase el arma.

- ¡Los encontré, hay un captor herido, repito! - una policía, precisamente una mujer cerdo, fue quien evitó su muerte. No perdió el tiempo e inmovilizo a Wilbur en el suelo.

No tardaron en aparecer no sólo más policías, sino paramédicos. Un par de enfermeros llegaron despegando a Killer de Ricardo y dándole un abrigo para después ser transportado; a Rich lo desamarraron y lo subieron a una camilla, debían de ser rápidos o terminaría muerto.

Cada rincón del lugar fue revisado, Wilbur fue esposado y también auxiliado, a fin de cuentas era un culpable y fuente de información. En cuanto Tonacho, quién venía en el auto de Chincheto vió el estado de dos de sus amigos más cercanos, no perdió tiempo y fue hasta Killer para poder abrazarlo.

Él no correspondió.

Estaba pasmado, únicamente podía pensar en que seguramente Ricardo moriría y que todo era su culpa. Vió que él era dirigido a una ambulancia y Ricardo a otra, ahí fue cuando entró en pánico apartando a Tonacho.

- ¡Déjenme ir con él! - saltó de la camilla cayendo en el suelo, dos paramédicos fueron a levantarlo para poder amarrarlo a la cama y llevarlo calmadamente; fue fácil, tenía la fuerza de un niño.

Una vez cada uno en su respectiva ambulancia, fueron llevados al hospital. Mientras por un lado hacían lo posible por reanimar a Ricardo, por el otro trataban de sedar a Killer.

No tardaron mucho en llegar al hospital más cercano, ahí los mantendrían estables y los transportarian tiempo después hasta su ciudad para poder internarlos el tiempo necesario. Se les informó a los familiares la situación por teléfono, Tonacho se encargó de eso.

Killer aún sedado murmuraba el nombre de Rich.

Rich había entrado en coma por una sencilla razón: era hijo de un wither skeleton y una criatura desconocida, al parecer su cuerpo entró en un extraño estado de hibernación como último recurso para mantenerse con vida. Era algo que los doctores pocas veces veían, pero sabían bien que el índice de supervivencia estaba muy por debajo de la mayoría.

En un parpadear pasó el día, siendo en la noche cuando transportaron a ambos hasta el otro hospital. Killer ya había despertado para entonces, desorientado, con un fuerte dolor en todo el cuerpo. Miró a su lado, Tonacho estaba ahí sosteniendo su mano.

- Me alegra que estés bien... - Dijo, Killer lo miró con la desesperación regresando a sí.

- ¿Dónde está Ricardo? - preguntó, el golem lo ignoró.

- Mañana en la mañana te darán de alta, por fortuna ninguno de tus órganos se vio afectado... - fue interrumpido por el albino.

- ¿Dónde mierda está Ricardo? - de nueva cuenta, fue ignorado.

- Tendrás que dar tu testimonio y ya, será todo. Kolo nos está esperando con Bagettita, él estará muy feliz por tí... - El de ojos rojos desvió la mirada a las ventanas en las puertas.

- ¿Por qué no me dices dónde está, joder? - comenzó a sollozar, temiendo que su novio hubiese muerto mientras él dormía.

Un incómodo silencio que perduró durante todo el camino taladró con fuerza en su corazón. Él ya creía que Rich había perecido así que no podía estar más triste.

Lloraba, quería gritar, pero no podía hacerlo.

Sería egoísta de su parte hacerlo.

Cuando llegaron al hospital, Bagettita los recibió junto con Kolo quien se acercó a Killer una vez lo vió bajar en una camilla. El albino se sentó y el castaño lo abrazó con cuidado; sus ojos, rojos y cansados, al fin volvían a brillar.

- Idiota. - fue lo único que dijo, estaba más que aliviado al ver ahí a su gemelo.

- Dime qué pasó con Rich, Kolo... Te lo suplico. - El castaño se separó lentamente de él, limpiando con su pulgar las lágrimas que caían por las blancas mejillas.

- Está estable. Llegó un poco antes que tú así que ya está en su cuarto... Sólo espera a mañana y podremos verlo. - acarició su cabello - preocúpate en estar bien, blanco. - fue apartado por los enfermeros para después ser llevado adentro del hospital.

¿Que se preocupara por sí mismo?, Menuda mierda, él no valía la pena en ese momento, fue un idiota por dejar que Ricardo se arriesgase con él.

Fue un idiota por enamorarse de él, siendo un inútil.

Fue un idiota por aceptarle ese trago, por conversar.

Y fue un idiota cuando sugirió ser la carnada de su estúpido plan.

𝕍𝕚𝕠𝕝𝕖𝕥𝕒  [ᴋɪʟʟᴇʀʀɪᴄʜ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora