Killer había ido a su casa a ducharse, yo me bañe en la casa de Kaumaru pues me había prestado ropa aunque me quedase más grande de lo que me gustaría. Cuando salí pude notar que el dueño de la casa hablaba por teléfono con alguien que no alcancé a distinguir. Seguramente me vió de reojo y por ello colgó la llamada.
— Entonces te espero — apagó su celular y se acercó a mí desordenando mi húmedo cabello. — Abre la puerta si tocan, es importante. —
Se metió al mismo baño en el que yo había estado y cerró con pestillo. Le resté relevancia y fuí a sentarme en su sofá por mientras; a los 5 minutos tocaron la puerta con tal insistencia que no pude ni siquiera fijarme quién estaba del otro lado. Una vez pude ver a Nia, ni siquiera me saludó y ya había entrado a la casa.
— Eh... Buenos días. — Sinceramente, sabía a qué venía, pero tampoco quería que su ceño fruncido y sus brazos cruzados fuese el único saludo.
— ¿Tienes una mínima idea de cómo se siente él?, ¡Hace años que no ve a su estúpido hermano y ya me tienes harta! — pegó con su puño en la mesa del comedor haciendo un fuerte ruido. Sabía que ella no perdía los estribos pero quizás esto le alteraba mucho. — Ahora mismo vamos a ir al Nether a que muestres tu cara de completo bastardo y puedas tener aunque sea un poquito de respeto. — me tomó de la mano con fuerza, más no bruscamente y con una rapidez que parecía no llevase tacones me sacó de la casa y llevó al frente dónde estaba estacionado su auto, yo me solté al apenas salir de la puerta.
— Titi te dijo dónde estaba, ¿No es así?. Dime, ¿También vas a controlar mi desayuno y cuándo hago mis necesidades?. — no quería gritar, tampoco había necesidad de un escándalo; Además, ya podía ver perfectamente que pasaba por ahí incluso la señora del supermercado.
— Si hace falta, lo haré para que dejes de ser tan... ¡Ahhh!, Vámonos antes de que me dé algo. — Subió al asiento de conductor y a través de la ventana abierta de la puerta del copiloto me miró amenazante. — Y más te vale subir, o haré que anulen tu contrato y, que a parte, tengas que regresar ahí de por vida. —
— No serías capaz de hacerlo — la miré con una ceja levantada, al demonio con todo esto. Inmediatamente tomó su teléfono y comenzó a marcar. Yo la sentí cerca, así que mejor por si las dudas me metí también en el auto.
No se esperó ni siquiera a qué acabase de cerrar la puerta y ya había arrancado. Sus uñas largas se aferraban al volante buscando la tranquilidad que tanto necesitaba para hablar conmigo.
— Sólo.... Quiero que te lleves bien con él, no fué egoísta de su parte dejarte solo en ningún momento, él ni siquiera quería que las cosas fuesen así. Le despojaron de su nombre y se hizo guardia de una fortaleza, ¿Tú crees que está arrepentido?, Para nada... Porque tú vives aquí y estás bien. — Miraba a través de la ventana como nos acercamos al hospital en el que ella trabajaba, y por consiguiente, al portal del Inframundo. — Pero eso a tí al parecer no te importa, tienes un corazón tan oscuro que no sé cómo puede seguir latiendo. —
— Yo no estoy diciendo nada acerca de que eres una entrometida. Esto es asunto entre él y yo. — contraataqué con ese pequeño comentario, pero mejor no haberlo hecho.
— Esto dejó de ser cosa de “él y yo” en cuanto me casé contigo y Rubik me informó de la situación. Lo de la junta no fué más que una coartada para mantenerte atento a algo distinto de la realidad. — junto con el auto atravesó el portal llegando a la dimensión opuesta a nuestro mundo, un lugar donde abundaba el calor a pesar de estar acondicionado para turismo. Pasamos por el pasillo de doble sentido y tomamos el rumbo hacia la fortaleza que se hallaba un poco lejos.
Miré a mi lado notando que aquel rincón ya había sido perfectamente remodelado, tenía años que no pasaba por ahí y las cosas habían cambiado bastante. No pasamos mucho tiempo en silencio, pues Nia era tan curiosa como un gato.
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𝕍𝕚𝕠𝕝𝕖𝕥𝕒 [ᴋɪʟʟᴇʀʀɪᴄʜ]
Fanfiction𝑷𝒐𝒓𝒒𝒖𝒆 𝒍𝒂 𝒍𝒖𝒛 𝒅𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒆 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓 𝒉𝒂𝒄𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒆 𝒗𝒆𝒂𝒔 𝒄𝒂𝒅𝒂 𝒗𝒆𝒛 𝒎𝒂́𝒔 𝒓𝒂𝒅𝒊𝒂𝒏𝒕𝒆 [Inconclusa hasta nuevo aviso... nunca] •°Fanfic Killerrich