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Las sábanas con las que me cobijaba se habían caído hacía rato de la cama, mantenía mis ojos cerrados pues tenía una migraña que se intensificaba solamente con respirar.

- Narices con pimientos -incluso mi voz sonaba amplificada. Cuando no soporté más estar acostado pasando frío por solo vestir una playera holgada y mi ropa interior decidí que ya era momento de levantarme. Fuí al baño directamente sin siquiera prender las luces pues los rayos de sol que atravesaban la ventana eran suficientes para guiarme. Abrí la puerta encontrándome con las prendas que había usado el día anterior en el cesto de ropa sucia y mi celular a un lado del espejo arriba del lavamanos. Pensé que lo mejor que podría hacer era bañarme, así que me desnudé y entré a la ducha.

Tardé bastante a decir verdad, el agua caliente hacía que la resaca se apaciguara y me relajaba lo suficiente como para pensar qué había hecho después de las 12, miré mi muñeca encontrándome con un número de teléfono escrito, también tenía uno que otro moretón en la pierna pues me había caído en el transcurso de la noche, ni idea de cómo.

Salí de ahí con una toalla rodeando mi cintura y otra cubriendo mi cabeza; oí voces en la planta baja donde se hallaba el comedor, así que decidí apurarme. También me dí cuenta de un detalle, y es que había una Aspirina y un vaso de agua sobre la mesa de noche con una nota que decía: “Para que no te duela tanto la cabeza :)”. La tomé y una vez listo, crucé la puerta de mi cuarto para poder ir hasta las voces que eran propiedad de Ryan y Killer. A mi hermano se le notaba preocupado, tomaba un café mientras hablaba con el albino, cuyo rostro dejaba en evidencia que no había dormido nada, además del golpe en su mejilla y su alborotado cabello, raro en él.

En cuanto sus ojos grises me miraron, se levantó de la mesa y fué hasta mí para poder abrazarme. No me opuse, yo también lo necesitaba, pero no correspondí.

— Perdóname, Rich, no actué de la mejor manera — me apretó con más fuerza, sin llegar a lastimarme — debí habertelo dicho todo, cariño, pero... — lo interrumpí. Nunca nos ocultabamos nada, si que había dolido cada palabra que dijo.

— Ya, Killer, que vamos a solucionarlo juntos, anda — pasé mis manos por su cuello, rodeándolo — pero necesito que cuentes todo. — no era momento para hacerme el ofendido, aunque mi orgullo me lo pedía a gritos.

— Sobre eso... — Habló mi hermano, enseñándome la pantalla de su celular — por si no te has dado cuenta, son las 12 de la tarde. Decidimos adelantarnos y llamar a todo Perma para hablar este tema, a fin de cuentas, nos involucra a todos. — Lo miré, extrañado — Luego te explicamos, ¿Voy convocando la reunión? — Killer asintió, no teníamos tiempo que perder.

Comimos un almuerzo y no tardamos en subir al auto, arrancar este para ir directo la cede; no estaba lejos, pero menuda pereza caminar un sábado en la tarde con resaca, sin dormir lo suficiente y con una preocupación gravísima. Mi pareja decidió pasar el camino echando una cabezada, me daba pena verlo así y saber que yo era en parte el culpable de su estado.

Una vez en nuestro destino, vimos ahí a todos los demás miembros de Perma; Ryan, aunque no era parte como tal del proyecto, se había convertido en una de las mentes creativas y un importante pilar para el funcionamiento de todo. Si algo afecta a la empresa, le incumbe si o si.

— Bien, caballeros, un gusto tenerlos aquí... ¿Quieres hablar tú o...? — Mi hermano habló mirando a Killer, este suspiró y comenzó a contar todo.

— Desde el año pasado, sujetos llegaron al bar de Silithur. Al principio únicamente buscaban una pelea por algo que en este momento carece de relevancia, pero, en cuanto se enteraron que yo me encargaba de los comandos en Perma, comenzaron a molestarme con más frecuencia. Farfadox es testigo de esto. — Hizo una pausa, sirviéndose un vaso de agua que no tardó en tomar — En la noche, me siguieron en auto hasta la comisaría. Ahí tuve una amena plática con ellos donde me dejaban muy en claro que no estaban del todo contentos con nosotros, y que nos cortarían en trocitos si seguíamos jugandole al v3rga... Palabras más, palabras menos. — la sala quedó en silencio, tuve que hablar para romper la tensión.

— Vale, ¿Sabes al menos quienes eran? — Killer comenzó a hacer memoria, indeciso de si confiar en sus recuerdos.

— Uno tiene el cabello oscuro, vestía de blanco y tenía una cinta en la cabeza como las que usan los karatecas; otro es castaño y usaba lentes grandes de sol con armazón blanco... Cosa que es algo absurda siendo de noche. Fué todo lo que pude diferenciar, seguramente Chincheto sepa quiénes sean. — Yo comencé a caminar en círculos, estaba más que nervioso.

— No es necesario, creo que sé de quiénes se trata... Aunque si tengo razón, estamos en riesgo. — Kaumaru, quién se hallaba sentado, se levantó yendo hasta la computadora. Tonacho se mostraba serio, algo que casi nunca pasaba. Conter y Rubik, aunque preocupados, realmente no podían hacer mucho.

— ¿Se parecían a estos sujetos? — Kau le enseñó a Killer una foto que fue tomada en una fiesta que organizó la empresa donde trabajaba hace unos años; ahí nos podíamos ver fácilmente los tres despedidos y, de fondo, a George y Sapnap, antiguos compañeros de trabajo... O algo así.

— Si, eran ellos — Tonachin se levantó de la mesa, fué hasta la ventana y se recargó tratando de tomar aire.

— Ese hijo de puta los mandó, ya no pudieron superarnos y puso a trabajar a sus perros, que gilipollas. — estrelló su puño con el marco que protegía al cristal.

— Necesito contexto, si no es mucho pedir. — Pidió Rubik mientras se sobaba el entrecejo, era bastante información para procesar.

— Digamos que el jefe de GreatGlorious tiene a un lacayo, el más grande entre todos — comenzó a explicar el de casco — en este caso, se trata de Dream, el que aparece en sus comerciales. Él tiene un séquito de idiotas que hacen lo que diga, son como cuatro; dos de ellos interceptaron a Killer — el rubio hizo un gesto, entendiendo en parte lo que sucedía.

— Gracias, Titi... Bueno ¿Sugerencias? — pregunté, Conter levantó la mano y le cedí la palabra.

— Podríamos denunciar y que Vandal lleve el caso, ganaríamos. —

— Lo mejor sería no involucrarle en esto — contradijo el Blaze — podría pagarlo Kaky o él físicamente... — negué, no arriesgaría a otro amigo.

— ¿Y si ignoramos las amenazas? — sugirió Tonacho.

— Corremos el riesgo de que se vuelvan realidad — contestó Ryan.

— Esperen... Creo que tengo una idea...— habló Killer, soltando después una de sus más descabelladas ideas.

Yo trate de negarme, pero no teníamos más opciones.

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A veces si se me vienen ideas raras a la cabeza...

𝕍𝕚𝕠𝕝𝕖𝕥𝕒  [ᴋɪʟʟᴇʀʀɪᴄʜ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora