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MARINETTE:

No quería salir esta noche, y no solamente porque tenía que trabajar al día siguiente.

Era más que no me gustaba socializar mucho, ni ir a lugares donde hay personas bailando como si no hubiera un mañana restregándose entre sí y donde las bebidas alcohólicas son ingeridas como agua.

Era una anciana de veinticuatro años, como dice mi aún mejor amiga Alya.

Pero si estaba aquí era por una razón, mi mejor amiga había logrado llegar a ser la reportera principal en el noticiero más visto de París, y según ella eso había que celebrarlo.

Pero yo había pasado gran parte del tiempo sentada en la barra, dando pequeños sorbos a mi piña colada mientras observo a Alya bailar con su novio animadamente.

Chris es el nombre del novio de mi amiga, había terminado con Nino hace un año y casi inmediatamente empezó una relación con su compañero de trabajo, pero a mí no me engaña, sé que no lo quiere y que solo está con él por despecho, pero se engaña sola y yo he perdido las esperanzas en hacérselo saber.

La última vez que hablamos del tema dejamos de hablar por una semana.

Con Nino aún mantenía comunicación, éramos amigos después de todo, y aun sabía que seguía enamorado de Alya, solo que ella no le daba ninguna oportunidad.

Y hablando de oportunidades venía a mi mente mi relación con Luka, finalmente le había dado una oportunidad después de que Adrien comenzara una relación con Kagami, y estaba muy feliz desde esa decisión.

O eso pensaba y no tenía idea que eso cambiaría esta noche.

—Llevaré a Alya a casa, se pasó de copas esta noche —afirma Chris, sujetando a mi amiga de la cintura la cual apenas puede mantenerse de pie. —¿Quieres que te acerque a tu edificio?--- pregunta con amabilidad, pero yo niego con la cabeza.

—Tomaré un taxi, pero gracias —le digo para tranquilizarlo —dile a Alya que me llame mañana.

Los veo subir al auto de Chris y después perderse por la calle.

Y en este momento me replanteo que son las dos de la mañana y no creo conseguir un taxi a esta hora.

Bien podría caminar, aunque por mi integridad física no lo veo conveniente.

Luka posiblemente ya haya terminado de trabajar, y con algo de suerte siga despierto y pueda venir por mí.

Saco mi celular y comienzo a caminar un poco (siempre que hablo por teléfono me gusta caminar), y por estar distraída termino chocando con algo, logrando que pierda el equilibrio y termine en el suelo.

—Mierda —exclamo, levantando la vista para ver con que me estrelle.

Pero no fue un qué, sino un quién.

—Lo lamento tanto, ¿estás bien? —pregunta, alargando su mano para ayudarme a ponerme de pie y la acepto sin problemas.

—Si gracias, y yo soy la que debe disculparse, no estaba viendo por donde iba —respondo, mirando mi celular antes de levantar la vista para ver quién fue el que me ayudó.

Y me quedo sin palabras cuando lo veo, su cabello rubio y ojos verdes los reconocería en cualquier lado.

—Adrien —digo su nombre aun sorprendida.

No lo había visto desde que se fue a estudiar a la universidad en New York, bueno, a excepción de alguna revista de moda que prefería ignorar.

Él frunce el ceño y me observa detenidamente un par de segundos, antes de abrir los ojos con sorpresa y sonreír abiertamente.

INEVITABLE//FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora