XLIII

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CHLOÉ:

Con la mirada recorro cada espacio del amplio salón, en busca de mi objetivo, que no tardó mucho en localizar.

No pude dormir casi nada la noche anterior, y no porque Luka estuviera dormido a mi lado, de una forma tan tierna que me ínsito a observarlo por horas.

En realidad, me puse a reflexionar en todo el daño por el que ha pasado, en los responsables del mismo.

Ya había encarado a Marinette, no tenía más asuntos que resolver con ella, pero si con mi supuesto mejor amigo, que ahora estaba teniendo su "despedida de soltero" con sus amigos en uno de los bares más exclusivos de la zona.

No fue muy difícil dar con él, no con el poder e influencia que tienen mis padres y el apellido Bourgeois.

Cuando lo ubico cerca de una mesa apartada, levantando una copa y divirtiéndose, no demoro mucho en acercarme.

−Ya era hora, llevábamos esperando a la stripper por bastante tiempo.

Exclama un tipo que está sentado a su lado en el sofá en forma de C, y aprovechando mi cercanía rodea mi cuerpo con sus brazos.

−Quítame las manos de encima idiota.

Intento no perder la paciencia, ya que ahora todo mi enfado solo debía ser dirigido a una persona, la cual ha dejado su copa sobre la mesa frente a él y se pone de pie.

−Suéltala.

Le pide al tipo que intenta manosearme. Ya había rebasado mi limite este sujeto, y cuando no me suelta al instante, le golpeo el rostro con el puño, consiguiendo que comience a quejarse mientras se cubre con sus manos.

−¡¿Qué haces Chloé?!

Pregunta Adrien completamente escandalizado.

−Me defiendo de idiotas como ese, no iba a esperar que tu o alguien más lo hiciera.

Me cruzo de brazos, aún más molesta porque él defienda a ese imbécil antes que a mí. Bueno, creo que los imbéciles se ayudaban entre ellos ¿no?

−Me refiero a que haces aquí?

Tenía cientos de respuestas para eso, estaba furiosa con él y no me importaría decirle la basura que es delante de sus supuestos amigos. Pero eso solo me desgastaría y perdería mi tiempo. Así que soy concreta con mi respuesta.

−Lo sé todo, sé que engañaste a Kagami con Marinette y que te importo un carajo su relación y la tuya.

Creo que el alcohol que probablemente ha consumido lo entorpece y evita que responda algo coherente o que incluso llegue a negarlo. Solo se queda impactado, con la boca levemente abierta mientras balbucean cosas sin sentido en voz baja.

−No puedes decirle a nadie.

Su semblante se endurece, me mira serio y amenazante, o lo intenta ya que su mirada no tiene ningún efecto en mí.

−¿Con nadie te refieres a Kagami? –le reto, dando un paso al frente para demostrarle que no puede jugar a la intimidación conmigo. –No te preocupes por mí, yo no voy a decírselo.

−Gracias por...− argumenta después de suspirar aliviado.

−Tú se lo dirás –le interrumpo. –Porque si no lo haces, no solamente va a ser tu prometida la que se va a enterar.

−No puedes hacer eso.

−No debo en realidad, pero que no deba no significa que no pueda –retrocedo unos cuantos pasos, solo por comodidad. –Mañana es tu boda Adrikins, y si no se lo has dicho para ese entonces, voy a tener que hacerlo yo.

INEVITABLE//FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora