XXVIII

36 9 0
                                    

MARINETTE:

Tacones de diez centímetros, una falda holgada y blusa sin mangas es mi atuendo de esta noche. Hubiera estado mejor con algo de alcohol en mi sistema pero mi mejor amiga no me ha acercarme a la barra en lo que va de la noche.

No la culpaba, el alcohol no es una muy buena combinación cuando tienes el corazón roto, solo lo vuelve más llevadero y te hace humillarte hasta límites impensables, así que en parte le agradecía cuidar de la poca dignidad que me quedaba si es que aun tenia.

Lamentablemente llegamos al club después de una presentación en vivo, aunque ahora que lo pienso no fue tan malo ya que hubiera sido peor para mí ver a alguien con una guitarra encima de un escenario y que ese alguien no fuera Luka.

¿Por qué es tan difícil sacarlo de mi cabeza al menos por una noche?

Alya no se ha apartado de mí en toda la noche, ha alejado a cualquier tipo que quería invitarme a bailar y me mira con desaprobación de vez en cuando.

-¿Podemos sentarnos un rato? Estoy cansada.

Pregunta, y sin muchos ánimos asiento y la sigo hasta una mesa. Ya sentados Nino nos mira con cautela, mientras yo observo a mí alrededor sin mucho interés.

-Amiga, no quiero ser aguafiestas pero sabes que esto no era lo que necesitabas.

Dice finalmente, esperaba decírmelo desde que llegamos y solo me sorprendo por la cautela con lo que lo dice.

-¿Y qué esperabas que hiciera? ¿Qué me encerrara en mi departamento a lamentarme?

-No exactamente, pero no tienes que guardarte todo lo que sientes, somos tus amigos y puedes decirnos lo que sea.

Anima, poniendo una de sus manos encima de la mía en forma de consuelo.

-Soy una idiota Alya, nunca le interese a Adrien y después de que me utilizara me dejo, y no solo eso, arruino mi relación con Luka y no sé qué me duele más de esas dos cosas.

Decirlo fue muy liberador para mí por algunos segundos hasta que me di cuenta que había varias miradas clavadas en mí y que el tono que emplee fue más alto del que esperaba. Ahora mi maquillaje estaba corrido y yo era un desastre emocional.

Nunca te cuestiones que tan horribles pueden llegar a ser las cosas porque siempre te sorprenderán, y esta vez mi noche empeora cuando me levanto para ir a los sanitarios y alguien colapsa conmigo por la espalda, consiguiendo que me golpee con un costado de la mesa en la cadera.

Me quejo en voz baja y me doy media vuelta ante las disculpas de la otra persona.

-Lo siento tanto ¿estás bien?

Una chica de cabello rubio sujeto en una coleta, una blusa corta negra y pantalones cortos blancos me mira con preocupación con sus ojos azules que resaltan por un delineado perfecto. Mientras más la observo más me resulta conocida, hasta que un nombre llega a mi cabeza.

-¿Chloé?

Ella me mira con el ceño fruncido antes de abrir los ojos en sorpresa.

-¿Dupain? Digo, Marinette.

No tenía un buen concepto de esta chica. Intentó hacerme la vida imposible desde el preescolar hasta la preparatoria, por suerte no volví a verla desde esa fecha y este era el peor momento nuestro reencuentro.

­-Vaya, eres un desastre­- y ahí iba de nuevo con sus ofensas, al parecer no había cambiado en lo absoluto­­- permíteme ayudarte con eso.

Toma mi muñeca y nos empieza a guiar por entre la gente. Solo puedo observar a Alya, pidiéndole ayuda con la mirada mientras me dejo arrastrar, y no porque quiera seguirla, sino porque tiene bastante fuerza y ella parece manejar mejor los tacones que yo.

INEVITABLE//FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora