XIII

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MARINETTE:

No tengo idea de a que estaba jugando Adrien, tampoco entendía su bipolaridad. No le daría el gusto de salirse con la suya.

No dejaría que actuara como si el no fuera el responsable de nada, porque tiene culpa al igual que yo.

Solo que no podía pagarle de la misma forma, una cosa era amenazarlo con decirle a Kagami y otra muy diferente era cumplirlo.

No podía confesarlo, era muy cobarde para hacerlo, y tampoco podía hacer lo mismo, ya que esperaba ser mejor persona que él.

-¿Segura que quieres quedarte?, entiendo completamente si no te sientes cómoda- argumenta Kagami después de decirle que me quedaría el tiempo que habíamos establecido.

Ella no tenía la culpa de que yo fuera una pésima persona y su prometido un idiota, ella contaba conmigo para estar con ella y así seria.

-No te preocupes por mí, estaré bien- le aseguro- solo fue una pelea con Luka, arreglaremos las cosas- le miento, y en el fondo me miento también a mí.

-Eso espero- responde, sonriendo amistosamente- y me alegra saber que te quedaras, necesito bastante ayuda para esta noche- confiesa.

-Claro, ¿en qué puedo ayudarte?- le pregunto.

-Primero, necesitamos ir a un lugar en específico- comenta con seriedad- ¿vamos?- indaga.

-Vamos- respondo, sonriéndole a la vez que entrelaza mi brazo con el suyo y salimos de la residencia Tsurugi.

[...]

-Esto es hermoso ¿Dónde estamos?- le pregunto a Kagami, contemplando asombrada un gran campo de flores de todo tipos y colores.

-Es un Hōmugāden, o Jardín del inicio, está basado en una tradición de mi país, donde la novia el día que su prometido pide su mano oficialmente a sus padres, debe llevar una corona de flores en la cabeza, que simbolizan el inicio de una nueva etapa.

Me quedo con la boca abierta por el asombro, volviendo mi vista a todas las flores que hay frente a nosotras en ese gran campo.

-¿Y ya sabes que flores llevaras?- le pregunto, y ella siente con seguridad, sacando una canasta del maletero antes de encaminarse al campo, conmigo detrás de ella.

-Se llaman Primula sieboldii o Sakurasou como las llamamos en Japón, representan el amor duradero- me explica, deteniéndose frente a unas hermosas flores en un tono violeta- este es el único Jardín de inicio aquí en Francia, y era muy importante para mi venir por las flores.

-Ahora entiendo el viaje de casi tres horas- bromeo, observando como Kagami corta las flores y las mete dentro de la cesta.

-Lo lamento, pero si venia antes por ella podrían marchitarse- se justifica.

-No, está bien, sirve que dejo de pensar en mis problemas por un momento- esta vez puedo intercambiar más palabras con ella sin que Adrien se interponga. Parecía que tenía un radar que le indicaba cada que me acercaba a Kagami para que llegara a interrumpir en el momento en el que planeaba confesarle algo importante.

No descartaría esta hipótesis como posibilidad.

-Ya veo- comenta- ¿y porque pelearon?

Y no es que ella fuera entrometida, sino que así es de directa.

-Hemos tenido varias diferencias últimamente, pero al final todo ha sido mi culpa- argumento, desviando la vista por inercia- no he sido completamente honesta con él, tampoco me he tomado él tiempo para pasar tiempo juntos y eso nos llevó a pelear anoche- respondo, y si no era del todo verdad, tampoco era una completa mentira.

-Luka sabe lo que quiere, se le nota a pesar que no he intercambiado muchas palabras con él- comenta- y tú eres muy indecisa, quizá ese fue el problema.

-Tal vez- le digo, para no darle más vuelta al asunto y evitar- ¿tú y Adrien no han tenido peleas?, digo, ¿por esto de su boda y esas cosas?

Quería saberlo, saber si Adrien estaba pasándola igual que yo.

-No realmente, esto de la boda nos ha tenido muy ocupados, las decisiones las tomo en la mayoría yo ya que él suele estar de acuerdo con todo- comenta, sonriendo ladinamente- y como no nos vemos muy seguido, no podemos darnos el lujo de discutir en el poco tiempo que pasamos juntos.

Las costumbres de los Tsurugi parecían muy complejas y complicadas, pero las seguían empleando por una razón que ahora va tomando sentido.

-Además, Adrien y yo somos muy parecidos, desde el momento en el que lo conocí supe que estamos hechos para estar juntos.

El tono de su voz no me hace más que sentir miserable, como no he dejado de sentirme de un tiempo a la fecha.

-¿Te ayudo a cortar las flores?- le pregunto, dejando el tema de lado.

-Gracias, pero ya tengo todas las que necesitamos.

Y yo había estado muy distraída como para notarlo.

[...]

-Te va quedando hermosa Kagami- le digo al ver la corona de flores que está tejiendo, entrelazando los tallos y sujetando algunos con pequeños listones morados- ¿necesitas ayuda?

-Te lo agradezco, pero esto es algo que debo hacer yo sola, como el trabajo que se debe hacer individualmente para que un matrimonio funcione.

Sus explicaciones lograban sorprenderme, gracias a que no conocía mucho de su cultura, prácticamente nada.

-Listo- exclama cuando termina, dejando su trabajo sobre el tocador- la ceremonia es en menos de una hora, tengo poco tiempo para estar lista.

La preocupación en su voz refleja que está nerviosa además de ansiosa.

-Estoy aquí para ayudarte, ¿lo olvidas?

-Gracias Marinette- responde, tomando el manos un vestido blanco que reposa sobre la cama, pulcro y planchado.

Se viste rápidamente, y yo le ayudo a colocarse la corona de flores en la cabeza, asegurándola con algunos pasadores a su cabello.

No se maquilla, y a pesar de eso se ve muy linda.

El vestido que lleva es de un color lila muy bajo, ceñido de la cintura pero suelto hasta más debajo de sus rodillas.

-Gracias por la ayuda Marinette- me agradece mientras nos dirigimos a la sala de estar, donde extrañamente ya todos se encuentran.

Adrien lleva un traje, y me maldigo internamente por seguir pensando que se ve muy atractivo vestido así.

LUKA:

Ya lo sospechaba, pero no quería creerlo.

Aun viéndolo con mis propios ojos no podía creerlo.

Sus menciones de Adrien no eran normales, pero lo relacione con el hecho de que seguía sintiendo algo por él.

Después de todo estuvo enamorada de él por mucho tiempo, no puedes dejar de estarlo de un día para otro.

Sin embargo creí en ella, me confíe de cada una de sus palabras por varios años.

Mis sospechas comenzaron con sus menciones extrañas, pero confirme todo la noche en la que fui por ella a casa de Alya, estaba a punto de hablarle cuando la vi salir de la casa de su amiga, solo que se dirigía hacia un lugar en específico.

Se subió a ese auto, yo solo podía ver a la distancia, hasta que reconocí a su acompañante, Adrien Agreste.

Con solo recordar lo que vi esa noche mi estómago se revolvía.

Pero lo deje pasar, no solamente porque esperaba que fuera sincera, sino que seguía creyendo que ella no podía hacer algo así.

Sé que intento decírmelo algunas veces, siempre evadí el tema. No estaba listo para escuchar la verdad y no me importaba seguir engañándome por más tiempo.

Podría vivir engañado toda mi vida si ella no hubiera sido muy obvia.

Esta vez no hay marcha atrás, si ella quería a Adrien, le dejaría el camino libre.

Aunque eso termine conmigo.

INEVITABLE//FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora