XLI

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CHLOÉ:

Después de la intromisión de Alya, el resto de la ceremonia concluyo de forma normal. Y, a pesar de estar a un lado de Luka por las próximas horas, no habíamos podido tener una conversación normal.

Eso me tenía frustrada, sentir que una pared imaginaria comenzaba a elevarse entre nosotros y que no había nada que pudiera hacer para evitarlo. Toda esa frustración iba dirigida a mí misma, y sentirme frustrada me hacía enojarme y entristecerme en partes iguales, lo cual era peor.

Estaba de mal humor, cansada de que me tomaran fotografías y con ganas de irme en cuanto antes.

Pero no tenía justificación, ¿Cómo explicaría que me fui el día de mi boda?

Aun desanimada, acepte la invitación de mi padre para bailar en el centro de la pista.

−Estás hermosa cariño.

−Gracias.

En realidad me esfuerzo por sonar feliz, como típica novia recién casada.

−No le digas a tu madre pero, en verdad me alegra mucho hayas encontrado a alguien que te haga feliz.

¿Era tan obvio que me gustaba Luka?

"−Si las cosas fueran diferentes... me hubiera encantado enamorarme de ti"

Recuerdo sus palabras, justo antes de confesar quien era la dueña de su corazón.

¿Si las cosas fueran diferentes?

La melodía termina y comienza otra, pero, esta es una que me resulta conocida y que no tardó mucho en reconocer.

−¿Me permitiría bailar la siguiente pieza con su hija?

Luka le pregunta a mi papá con una sonrisa amable, y él sujeta mi mano para ponerla sobre la palma de Luka.

Por un momento me quedo impactada, dejando que él sea quien suba mis manos a sus hombros y después bajar las manos a mi cintura.

Salgo de mi asombro para seguir el ritmo de la melodía, a la par de Luka.

−No sabía que Adrien estaría aquí.

Murmura cerca de mi oído, sobresaltándome gracias a que estaba comenzando a divagar.

−Ya lo había invitado antes de que me dijeras que él... −dejo la frase en el aire sin necesidad de terminarla, él sabe a qué me refiero. –Lo siento.

−No importa.

Se encoje de hombros y sigue observando a su alrededor. Lo observo con insistencia, pero él parece pensativo y no me atrevo a mencionar nada, además de que se ve bastante atractivo.

Pero, en cuanto su mirada hace contacto con la mía y me atrapa observándolo fijamente, recorro a la evasión.

−Esta melodía, es la que tocaste en la cena con mis padres.

Él sonríe ladinamente, una de sus manos sube lentamente por mi espalda hasta que las yemas de sus dedos se deslizan por la piel descubierta de mi espalda, erizándola a su paso.

−¿Te gusta?

−Sí.

−Es tuya.

−¿Qué?

Lo observo con desconcierto, hundiendo levemente mis cejas.

−No mentí cuando dije que compuse esta canción para ti.

Abro los ojos más de lo normal a la par que me quedo sin palabras. ¿El compuso esta melodía para mí?

Esto solo complicaba más las cosas, enredaba mis pensamientos.

INEVITABLE//FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora