XXXIII

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MARINETTE:

−Es que no cuadra Marinette, Juleka actuó raro antes de sentarse en la mesa y salió corriendo, y después ese chico la siguió.

−No sabemos si la siguió Alya, quizá solo camino en la misma dirección y tenemos una mala perspectiva.

−No lo sé, el chico se parecía bastante a Luka.

−Luka tiene el cabello azul, ¿lo olvidas?

Le recuerdo, llevando una papa frita a mi boca mientras observo el televisor.

−Pudo habérselo teñido.

Claro que Alya siempre buscaría todas las posibilidades posibles.

−Suponiendo que era Luka, ¿Qué tiene de raro que Juleka y él se hayan encontrado en el centro comercial? Son hermanos.

Y si así fueran las cosas, si actuó tan sospechosamente puede ser porque Luka no quería que yo supiera que estaba ahí, y no lo culpaba.

Había momentos en los que ni yo quería verme, pero eso sería imposible y pensarlo es estúpido.

−Eso no sería lo raro, sino que ese chico iba acompañado por una chica a la que no vi muy bien.

Me quedo helada, a pesar de que es una suposición solamente.

No me había planteado una situación similar que involucrara a Luka con otra mujer, y ahora que lo hacía mi estómago se revolvía y el corazón se hundía en mi pecho.

−Bueno, si tuvieras razón, él está en todo su derecho de salir con alguien más.

Aunque imploraba para mis adentros que no fuese así, porque yo todavía lo amo y muy en el fondo espero que me perdone y que retomemos nuestra relación.

Ignoro lo que empieza a decir Alya ya que mi celular comienza a sonar en la mesa del centro, no demoro mucho en alargar la mano para tomarlo y atender la llamada después de ver de quien se trata.

−Hola Alice ¿Qué se te...?

−Necesito que vengas aquí, es urgente.

−¿Muy urgente?

No tenía ganas de salir hoy.

−Sí no fuera así no te habría llamado.

−Ya entendí, voy en camino.

Finalizo la llamada y suspiro con rendición, entendiendo en la mirada de Alya que nuestra conversación no ha terminado, además de que ella sabe que mi opinión sobre la nueva posible relación de Luka no es del todo cierta.

[...]

−Ya estoy aquí, ¿qué era eso tan urgente que... −me quedo muda en cuanto entro al set de fotografía y encuentro varias cámaras, equipos de luces y utilería, fotógrafos y algunos modelos en bañadores, tanto mujeres como hombres −...necesitabas.

Pensé que me había librado de esta sesión de fotos, de hecho creí que ya había sucedido desde hace una semana y por ello le pedí saltármela.

Me había dicho que no había ningún problema, y aquí estaba.

Había olvido la razón por la que no quería estar en esta sesión de fotos, hasta que me encontré con sus esmeraldas, escudriñándome con cautela.

Sus labios están cerrados en una línea recta antes de desviar la vista y seguir su conversación. Que me ignorara era lo mejor, así podríamos trabajar de una forma profesional, no tenía por qué ser de otra manera.

INEVITABLE//FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora