XXX

55 9 1
                                        

CHLOÉ:

Acerco mi rostro al suyo unos centímetros más, y él sigue sin alejarse. Incluso hay una leve sonrisa en su rostro antes de que pase su lengua por sus labios rápidamente.

¿Intentaba tentarme? ¿Qué intentaba hacer exactamente?

Quizá yo estoy malinterpretando las cosas, él está bastante cansado al igual que yo, es de madrugada y mi cerebro no razona bien las cosas.

No puedo besarlo, no debo hacerlo y no lo hare.

Me alejo rápidamente y subo uno de mis pulgares a su rostro, fingiendo que le quito algo de él.

−Tenías migajas en la barbilla.

La excusa más tonta que existe seguramente, pero ya estaba dicha. Dejo de observarlo para terminar mi hamburguesa, y cuando lo hago le digo que mañana podremos recoger todo y que es mejor que vayamos a dormir.

Me despido de él nuevamente y camino a mi habitación, con una sensación extraña. ¿Estaba arrepintiéndome? ¿Pero de qué?

LUKA:

¿Qué estaba intentando hacer?

Es lo primero que me cuestiono en cuanto vuelvo a recostarme en el sofá. Le creí completamente cuando me dijo que quería asegurarse que no necesitara nada a pesar de que paso bastante tiempo de pie frente a mí. Me despierto con cualquier ruido y ella no es muy silenciosa que digamos. Su comportamiento extraño comenzó cuando salió corriendo a la cocina, puede que yo me haya excedido al acercarme demasiado a ella para bajar el pan de la alacena, pero ya tenía mis sospechas y esperaba confirmarlas.

Mi cercanía nunca le había molestado ¿Por qué ahora sí?

Llegue a pensar que me besaría cuando se acercó más de la cuenta, pero no lo hizo y eso me dejo dándole vueltas al asunto.

Ella era linda, bastante, su personalidad me atraía y a la vez despertaba en mi la necesidad de estar a su lado para apoyarla.

Pero ahora, tenía una perspectiva diferente.

[...]

A la mañana siguiente esperaba que las cosas entre los dos estuvieran tensas, pero no fue así. Desperté y la encontré en la cocina terminando de limpiar el desastre de anoche, llevando una blusa de manga corta y unos pantalones cortos junto con unas sandalias y el cabello en una trenza.

−Estás vivo, si no despertabas en los próximos veinte minutos tomaría tus signos vitales.

Su carisma inigualable y su sonrisa ladina me indican que las cosas están bien y que me preocupe de más.

Solo fue un impulso entre ambos, nada más.

−Me hubieras despertado para ayudarte con la limpieza.

−Está bien, hoy tenemos un día bastante ocupado.

−¿Sí?

No recuerdo que haya mencionado ningún plan para hoy, pero tampoco es algo que me moleste.

−Hable con mamá y cenaremos con mis padres a las ocho, y antes de eso debemos ir a comprar algunas cosas.

−De acuerdo.

No me gustaba ir de compras a excepción de cuando iba con Marinette, resultaba ser divertido con ella. En cambio siempre que acompañaba a Juleka terminaba de mal humor y cargando todas sus bolsas.

Espero que esta experiencia no sea desagradable.

Y claro que debo esperar a que ella vuelva a cambiar su atuendo, mientras tanto reviso mi celular. No había tenido la oportunidad de verlo desde ayer en la tarde.

INEVITABLE//FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora