Capítulo 20: Alderin

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• Algodón de azúcar

—¿Estás lista?— Preguntó el peligris entrando a la habitación. Asentí Tomando mi mochila.

—¿ A dónde iremos?

—Los demás regresarán a Alemania. Tu y yo iremos a un lugar especial un par de días. Después pasaremos a casa para que veas a tu padre y recojas a tu...a tu...

Lo miré con los ojos entrecerrados. —Evolet, se llama Evolet— Sonrío de lado. —A Evolet.

Quería despedirme de Amara y del Alpha Hirok. Sin embargo mis planes fueron detenidos por el lobo cuando me cargó en brazos.

—¿Qué haces?

—No te preocupes por los demás. Los veremos muy pronto, pero ahora...

Abrí mis ojos con asombro cuando un nuevo portal fue abierto a un lado de la habitación.

—Ahora eres toda mía.

Aparecimos justo en una habitación con un diseño hermoso e infantil. Las paredes tenían algunos dibujos animados, colores pasteles, artículos de películas y caricaturas.

Fruncí el ceño.

Ya no hacía tanto frío en este sitio. Me quité la chaqueta que traía puesta.

—¿En donde estamos?

—Estamos en uno de los hoteles temáticos de California.

«California, hotel temático»

—No me dirás qué...

—Un pajarito me dijo que siempre quisiste visitar Disneyland. Así que  bonita. Vamos a ir al parque— Un grito de emoción salió de mi garganta. Brinqué tal cual niña pequeña y mimada a sus brazos.

—Gracias gracias gracias gracias— Jadeaba de la emoción. Siempre quise visitar alguno de estos parques y subir a los juegos mecánicos. Ver algún musical, comer algodón de azúcar.

—Mira, nos compré estos atuendos. Espero que te guste, Daysi se encargó de ello.

—Me encanta.

Ambos nos vestimos con los trajes, en este caso era una camiseta blanca sencilla y suave. Sobre está una chaqueta de mezclilla muy linda. Jeans negros y zapatillas blancas.

Me hice una coleta, el mechón blanco  relucia en mi cabellera.

—Si te molesta puedes teñirlo—Se acercó Elián abrazándome por la espalda mientras terminaba de ponerme brillo labial.

—Nada que venga de ti puede molestarme. Y tú tienes algo mío vaquero—Susurré acariciando su mechón.

Se había recogido el cabello en un moño bajo.

—¿Estás lista?

—Espera, estoy segura que Logan y Austin les encantará vernos.

Saqué mi celular para tomar una fotografía de nosotros en el espejo.

—Sonrié—. Una vez tomada la subí a mis redes sociales.

Salimos del hotel tomados de la mano. Estaba emocionada y nerviosa a la vez. Nos subimos a una camioneta.

—Una Pregunta. ¿Por qué la mayoría de lobos y Alphas son ricos?— Y es que había notado los lujos de las manadas y las mansiones tanto del Alpha Ikender como de Elián y por supuesto, la pinta del japonés.

—Nosotros existimos desde el empezar de los tiempos pequeña. En la antigüedad algunos reinos nos pagan tributo a cambio de protección contra mercenarios y guerras. De hecho aún lo seguimos haciendo— Arrugue la frente.

El aullido del Alpha (Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora