Capítulo 10: Elián

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Entramos a su casa, tenía el mismo dulce olor que la castaña.

—No entiendo nada Alderin, explícame que está pasando—su padre lucía nervioso, y lo entendí. Debería estarlo.

—Lo que pasa es que...

— Déjame hablar a mí— Levanté mi mano en señal de que parara.

—¿Quienes son ustedes?

—Mi nombre es Elián, Soy el novio de su hija y bueno, creo que es más fácil si lo hago de está forma.

-Bander, ¿estás listo?- pregunté a mi lobo interior.

-Hazlo

Miré fijamente al padre de Alderin, coloqué tres dedos sobre su frente, sabía lo que venía. Tenía un extraño don, le mostraba lo que era, lo que quería y porque lo necesitaba. Una vez terminé dejé que procesará la noticia.

—No puede ser— Murmuró antes de dejarse caer al sofá.

—¡Papá!— La castaña lucía preocupada.

—Tranquila, creo que fue mucho para él, despertará en unos minutos.

—¿Que le hiciste?— me encogí de hombros.

—Le mostré quien era, y quién eras tú para mí.

—Tengo que ir por Evolet— Fruncí el ceño. Posteriomente suspiré, pensar que ella había estado en manos de alguien más, pensar que esa persona pudo dañarla y abandonarla con una bebé me estaba matando.

—Vengan, quiero mostrárselas— William negó con la cabeza. Lo conocía como para ver su enojo, mientras que Sander sonreía y brincaba tal cual niño emocionado.

Subimos las escaleras, el olor que emanaba la habitación era un poco terroso. Intenté percibir los latidos de la bebé, en cambio me encontré con unos latidos demasiado rápidos.

Alderin entró rápidamente, apenas me dio tiempo de analizar la situación para cuándo me dí cuenta de algo.

—Ella es mi bebé, Evolet, algo pesada, tengo que bajarla casi a rastras por las escaleras— cerré mis ojos sonriendo descaradamente. A mí lado ambos lobos parecían estar en Shock.

—No es cierto— Murmuró el moreno.

—Wow, es una una una, es una...

—Coneja— terminé de decir por Sander, el rubio se quedó en blanco.

—Esa cosa no es una coneja, es un mutante— Bramó el moreno con desagrado.

—Ten cuidado a como te dirijes con ella o te dejaré la otra mejilla roja— Amenazó mi humana. Sonreí negando.

Alderin estaba poniendo mi mundo de cabeza, mi razón y mis sentimientos. Me acerqué a ella, tomé a su mascota, era pesada para un humano, pero para nosotros, era un tanto curioso ver cómo los humanos se encariñaban con estás especies.

—William Lleva a Wanda...

—Evolet— me corrigió— Si bueno, a Evolet abajo, debo hablar con
Alderin— Mi beta dudó pero al final tomó a la enorme coneja para bajarla.

—A puesto a qué sería un buen aperitivo

—William— le gruñí.

—Okey, okey, vámonos Sander— ambos bajaron y cerraron la puerta.

—¿De que quieres hablar conmigo?

—De hecho solo quería que nos dejarán solos— le respondí.

El aullido del Alpha (Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora