Capítulo 29: Alderin.

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Runas antiguas.

Sentí como si me hubiesen arrancado una parte de mi alma. Elián ya no estaba. Según Milena, el hechizo de traslación que usaron en él, era muy poderoso. Mucho más grande que cualquier hada. No había rastro del Alpha.  Durante dos semanas buscamos en cada rincón mágico del país. El anuncio de que  Elián Katwerger había desaparecido no tardó en crear miedo y caos en la manada.

Hoy, lunes veintitrés de septiembre, exactamente a las siete con doce minutos, asumiría el cargo como dirigente de la manada Deep Shine.  Daysi, había estado para mí en cada momento, y que hablar de Sander. La única persona que se engaña a seguir mis órdenes era William.
Según la ley antes de que Elián cambiará los papeles, él debería ser quien liberara la manada.

—Te ves hermosa— comentó la rubia. Suspiré, ¿de qué servía verme así?

—¿Mi padre?

—Oh él ya está camino a Boston—. Asentí con la cabeza. Lo mejor sería que fuese con Meredith, una prima lejana. Estar aquí significaba preocuparme por mantenerlo a salvo. Mientras que no sepamos que pasó con el peligris, es necesario estar alertas.

Me miré en el espejo un momento. Mi vestido era largo, casi parecía de fantasía, su color no era negro, tampoco azul marino, era como una mezcla de ambos. Me sentía como una reina con el puesto. Las joyas que adoraban mi pecho y brazos lejos de hacerme sentir bien, me incomodaban, quizás si fuese otra situación estaría encantada de usarlo.

Me giré para acariciar a Evolet. Pensé en mandarla con mi padre pero, necesitaba su apoyo.

—¿Quién es mi coneja gorda y hermosa?, ¿Quién quien?— tomé unos bocadillos de maíz con trigo que le encantaban. Les puse crema de batir arriba, quizás yo era la culpable de que mi coneja fuese obesa, pero apenas estaba un kilo arriba de su peso normal. La raza gigante de Evolet eran así. A parte ella no estaba gorda, solo estaba llena de amor.

Salí de mi habitación, abajo Milena me esperaba para trasportatme hasta la ceremonia. 

Abrió uno de los portales apareciendo sobre un escenario. El sol se estaba poniendo, las antorchas y luces iluminaban los caminos y la mayoría de lobos.

Cerré mis ojos, respiré profundo, cuidaría de la manada mientras Elián no estuviera.

—Sé que todos aquí piensan que no soy capaz de guiarlos, de liderarlos tal y como el Alpha lo ha hecho. Elián no está, y no voy a descansar hasta traerlo sano y salvo de vuelta. Mientras tanto, está estipulado que seré la nueva gobernadora. Les aseguro algo, voy a protegerlos—. La mayoría aplaudió. Tomé la pluma y firmé el acuerdo Licántropo.

—¡Luna Alderin!—. Levanté la cabeza en el momento que una cuchilla se aproximaba hacía mí.  William reaccionó empujandome hacia el suelo, aunque caí de la tarima. Inmediatamente los guardias me rodearon para salvo guardarme. Logré divisar cómo traían a una mujer casi a rastras. Su cabello era negro igual que sus ojos.  Pero algo en su mirada me causó escalofríos.

La arrodillaron ante mí.

—¿Quién eres?—Escupí desafiante. La mujer sonrió de forma malévola.

—La maldición de las Runas antiguas. No podrás salvarlo—. Después de decir aquello una carcajada ronca y profunda salió de su garganta. Su piel se convirtió casi en la de una serpiente, su cabello desapareció.

—Es una Scordon—. Murmuró Daysi a lado de Sander quienes vigilaban sus pasos.

—¿Maldición de las Runas?— Pregunté. No tenía sentido alguno.

—Un alma por otra alma—. Susurró desapareciendo en medio de una luz violeta. Similar a aquella que envolvió a Elián.

[...]

—¿Cómo pudo burlar la seguridad?, Definitivamente la manada no está a salvo aquí—. Alegó William cruzado de brazos.

—No olvides que es un demonio hijo, su mayor cualidad es aparecer y desaparecer. Extrañamente no pudimos saber lo que era. Hay una magia muy poderosa detrás de esto—. Respondió la mitad gárgola.

—¿Qué son las Runas antiguas Milena?—. En cuanto la pregunta salió de mis labios su expresión cambió a una de sumo terror.

—Las Runas antiguas son una maldición de miles y miles de años. Mucho antes de que la Diosa Luna creará a los Licántropos, mucho antes de que los humanos si quiera existieran. Quienes las invocan toman un deseo de ellas, pero tardan en cargar su energía lo mismo que el tiempo donde el dios sol y la diosa Luna se juntan, en el eclipse de sol.

—Me estás diciendo que Elián, mi Elián está sumergido en una maldición antigua. ¿Cómo lo rescato?—. Cada vez esto era peor. 

— Según las leyendas, se deben reunir las cinco Runas antiguas.  Una vez reunidas, se armarán para crear el cádice, un objeto capaz de conceder un deseo o, en el peor de los casos una maldición. Al cumplir el deseo estas se esparcen por el mundo nuevamente.

—¡Entonces que esperamos!, Hay que buscarlas y liberar a Elián—. Los presentes me miraron tristes, como si no estuviese recordando algo.

—Si las runas fueron usadas, una vez encontradas debemos esperar al eclipse para armar el Cádice y pedir que la maldición termine. Solo así Elián volverá—. Tragué en seco.

—¿Cuando será el eclipse?

—Dentro de dos años y tres meses Alderin. Exactamente tenemos tres meses para encontrar las runas. Y dos años para poder unirlas—. Cerré los ojos dejándome caer de rodillas. Apreté las manos en forma de puño.

—Pero no podemos hacer esto solos, necesitamos ayuda.

—¿De qué hablas?—Replicó Sander a la rubia.

—Entre más seamos más rápido encontraremos las runas.  Aún tenemos que averiguar en donde están cada una, si nos separamos en grupo será mucho más fácil.

—¿Y a quien tienes en mente?—. Pregunté sin cabeza para pensar.

—A los hijos de los Alphas más poderosos del mundo. Y claro un par de vampiras que conozco perfectamente.

—¿Estás loca?, Hablas de las hijas de Caín Bo...

—Así es— interrumpió la loba. —Debemos hablar con el Alpha Christopher.

«Pase lo que pase, voy a encontrarte Elián»

«Pase lo que pase, voy a encontrarte Elián»

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El final está cerca ...

¿Qué pasará en la búsquedas de las Runas?
¿Quienes ayudarán a salvar al Alpha?

Dos años tienen que pasar.

Y está autora se va ha descansar.

El aullido del Alpha (Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora