Extra | Destino.

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Extra | Destino

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Extra | Destino.
(Lean la nota del final)

Cerré el libro que estaba leyendo. Era uno de los que más me había encantado encontrar en la biblioteca personal de Elián. Aunque ya hubiesen pasado tres años desde su muerte, sentía que hubiese sido ayer. Le respondí el mensaje a mis amigos. Querían saber si este fin de semana iría a Canadá para pasar un rato con ellos. Sin embargo me había apuntado en un taller de arte.

Salí del despacho bajando las escaleras, sonreí al ver qué Nayamar se encontraba jugando a lado de Mantequilla.  Mi pequeña hermanita tenía un cierto parecido a mí. Adoraba a los conejos.  Tenía unos enormes ojos y claro, dos peques alas de murciélago.

—¿Ya tienes la ficha de inscripción?— me preguntó William entrando con unos papeles a mi oficina.  Asentí con la cabeza quitándome mis anteojos para leer.

—Si, mañana empiezan mis clases.

—¿Por qué elegiste el horario nocturno?

—Tengo una manada que dirigir William. A parte debemos organizarnos para la reunión con el Alpha Christopher.

—Eso será dentro de seis meses. A parte. Todo ha estado muy tranquilo—. Se cruzó de brazos.
Sabía en lo que estaba pensando. Suspiré.

—¿Quieres que te dé tu libertad?— cerró los ojos un momento y negó con la cabeza.

—Es mi deber quedarme aquí. A parte lo que quería pedirte era, bueno claro si quieres, quedaron algunos materiales de sobra y ...

—Claro que puedes construir una casa para ti y Amara.  Asegúrate que sea grande y tenga un hermoso jardín. A ella le encantan los jardines— Le sonreí.

...

Me coloqué una blusa celeste. Chaqueta negra y mis jeans azul rasgados de los muslos.  Tener 25 años y parecer siempre de dieciocho no era tan común. Debía acostumbrarme a ello.

—Evolet ¿haz visto mis zapatillas blancas?

-Estan debajo de la cama hermosa.

— Gracias Bander.

Me pinté los labios rojos y salí de la mansión. Tendría clases todos los sábados. Pero al final podría  aprender a pintar tanto como quería.

William se ofreció a llevarme en su auto. Agradecí porque aún no aprendía a conducir bien.

—Si sucede algo cualquier cosa. No dudes en avisarme por el link de lobo.

—Si sangrona anda.

-Este. Siempre te habla muy confiansudo.

"Ban, deja tus celos para después”

Salí de la camioneta. El lugar era muy lindo a simple vista. Extrañaba estar con humanos, aunque yo ya no fuese parte de ellos.

—¡Hola!, ¿Disculpa vas a la clase de las seis?— Me preguntó una chica bastante simpática y alta.

— Así es. ¿Te puedo ayudar en algo?

—Si lo que pasa es que olvidé un pincel redondo. ¿ No tendrás uno extra?

—Claro, de hecho compré un paquete de tres. ¡Ten!, Puedes quedarte con él. Por si llegas a olvidarlo nuevamente—. Le sonreí.

—Oh te lo agradezco mucho. Me llamo Mérida por cierto.

—  Encantada, yo soy Alderin.

Entramos a tomar la clase, el grupo estaba confirmado por diez alumnos  de distintas edades. Mérida y yo éramos por decir las más jóvenes.

—Tuve que entrar a este turno porque voy a la universidad. Estudio ciencias sociales. ¿Y tú?

—No voy a la universidad... Aún. Quiero terminar este taller para quizás aplicar en la carrera de arte.

—Eso es increíble. En mi universidad tienen un plan de estudios genial en el área de Artes abstractas y Teatro.  Deberías entrar.

-Luna mía. Que ser Alpha no te impida encontrarte a ti misma-

Quise derramar una lágrima cuando Bander me susurró aquello.

—¿ Estás bien ?— me preguntó Mérida.

— Sí, lo estoy. Quizás después podrías pasarme el contacto de tu universidad.

—Me encantaría.

Una ves dentro esperamos a que llegase la maestra que impartiría el taller.

—¿Sabes cómo se llama la maestra?— quise saberlo para rellenar los datos de la clase.

—Oh no es maestra. Bueno Diana da clases entre semana. Los sábados es el profesor Jayden Collins quien da la clase.
De hecho él es rector en mi universidad.

Abrí mis ojos impresionada —Muy bien—. Terminé de rellenar los datos con su nombre.

Un olor a crema batida y vainilla llegó a mis fosas nasales. Quise ver si alguien estaba comiendo algo pero no. El olor venía de otro lado.

El corazón empezó a latirme con fuerza.

—Buenas tardes chicos. Perdonen la tardanza, me entretuve en la universidad.

-Carne fresca papi. Él es nuestro mate Alderin.

Yo estaba sin habla. No podía creerlo. Tan rápido, tan... Sorprendente.

Mis ojos querían volverse amarillos pero bajé la cabeza tratando de contenerme. 

Recordé a Elián. Recordé que jamás lo olvidaría. Él era parte de mí.

El hombre frente a mí aparentaba tener no más de treinta años. Barba corta y cabello finamente estilizado. Alto, con brazos ejercitados. Vestía un camisa  algo manchada de pintura y pantalones color crema.

—Creo que hay que inscribirnos en la universidad Bander.

- Inmediatamente por favor.

Mi poder, solo lo conocía yo misma. Mi fuerza, era parte de muchas cosas.
Me había tocado luchar contra el peor de los enemigos. El miedo. Hoy, me enfrentaba a un nuevo obstáculo. El amor. Más sin embargo estaba dispuesta a todo para volverlo mi mejor amigo.

Soy Alderin, soy una Alpha.
Y este es solo el comienzo.

Al salir de la clase decidí caminar un poco. El viento dejaba mi rostro libre de cabellos.

Entré al bosque convirtiéndome en lobo.
Sentí paz por primera vez. Sentí tranquilidad...

Después de él.

Hola bellas, sé que hubo muchas cuestiones confirma al final. Desde que empieza una historia. Yo ya sé en que terminará. Y créanme que no quería llegar a escribirlo.
Más sin embargo este es el único final real que pude darles.

No obstante, siento que debo escribir más. Por ello, no se los prometo pero es muy probable que suba una pequeña historia de Alderin y Jayden. Será de unos 5 capítulos. Quizás narrando lo que fue después de Elián.

Y como Jayden pasa a ser pareja de la Alpha suprema  de todo EUA.


El aullido del Alpha (Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora