•Salida•
Me sentí un poco mareada al momento de pisar la casa. Tan rápido llegamos Elián desapareció encerrándose en su despacho con Sander e Hirok, quién sorprendentemente se encontraba aquí.
—No puedo creer que ni siquiera me haya saludado. No fue si quiera para notar los nuevos tapices— comentó la loba de cabellos rubios bajando las escaleras. Se había ofrecido a llevar a mi papá a su nueva habitación en la mansión.
Suspiré sentándome en el sillón magenta ubicado debajo de las escaleras. Sin duda alguna su esfuerzo por la reconstrucción de la mansión había quedado más que increíble. Aunque no estaba completamente segura de que a Elián me agradara los acabados en rosa y esos enormes cuadros de mariposas en la pared.
Por un momento observé a Daysi. Estaba acomodando un par de cosas de unas repisas...buscando que todo fuese perfecto.
«¿Por qué le importaba tanto la aprobación de su hermano?»
—Hiciste un gran trabajo. Todo está realmente hermoso, se que Elián sabrá notarlo—. Le sonreí con la esperanza de tranquilizarla.
—Gracias Linda. Me alegra que hayan vuelto, las cosas están yendo demasiado bien. Solo faltan un par de casas de reconstruir y estoy segura que en unos días la manada completa
podrá regresar—. Me brindó una cálida sonrisa. A mí también me tranquilizaba que fuese así.Después de unos minutos en los que la loba revisaba sus redes sociales noté como se tensaba y gitana su atención hacía la habitación donde los chicos habían entrado.
«Olvidaba que era loba. Seguramente puede escuchar lo que están hablando y algo la sorprendió» pensé.
Sander fue el primero en salir. Me saludó para después argumentar que tenía algunos pendientes antes de salir por la puerta principal. Después ambos lobos salieron.
—Vaya, no te veo en días y ni un Hola querida Daysi cómo estás. Me puedes decir—. Alega la loba cruzándose de brazos. Elián está por acercarsele cuando se da cuenta del decorado que cubre cada pared, piso, estancia etc. De la casa.
—Te pedí que reconstruyerás mi hogar. No que lo convirtierás en una copia barata de ti Daleysi—. Comentó en un tono enojado.
—Odio que me digan Daleysi. Mi nombre es Daysi y lo sabes. Hice lo que querías, le puse bastante empeño—. Respondió.
—Tengo muchos problemas como para tratar esto. Esta no es tu casa. Mandaré a que quiten este horrible papel tapiz y las alfombras—. Su hermana no dijo nada al respecto. Giró a verme y por primera vez en mucho tiempo pude notar un brillo familiar en sus ojos.
Familiar porque lo había visto muchas veces en los míos frente al espejo. Bajó la cabeza asintiendo antes de salir por la entrada principal.Me quedé pasmada sin poder describir concretamente mis emociones. Un nudo se instaló en mi garganta. Yo no aprobaba este comportamiento en absoluto. Él continúo hablando con Hirok de temas que no comprendía y que siendo sinceros, no le presté la mínima atención.
Me acerqué a Alpha de forma serena, no respiré ni tragué saliva. Simplemente mordí mis labios antes de propinarle una bofetada con todas mis fuerzas. Sentí que mi mano se impactaba a una superficie dura pero ni así me importó.
Su rostro se giró a un lado, a mi lado el japonés no se inmutó. Se dió la vuelta perdiéndose por los pasillos.—Quizás ella no pudo darte la bofetada que te mereces porque te tiene respeto. Pero tú no se lo tienes a ella y por lo tanto no me lo tienes a mí y yo, acabo de perder el muy poco o muy grande que te tenía. Le debes una disculpa a tu hermana—. Me giré con intenciones de ir a ver a mi padre, pero su mano se cerró en mi muñeca.
ESTÁS LEYENDO
El aullido del Alpha (Terminada)
LobisomemElián, uno de los más poderosos Alphas acude a una reunión al norte de Canadá. Alderin, una chica que no sabe más que meterse en problemas. Pensó que moriría, hasta que ese hombre se cruzó en su camino. La bestia había encontrado a su bella, y el...