Capítulo 26: Alderin

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Capítulo 26: Alderin.

Mientras escribo el Cap me estoy comiendo unos cacahuates Flamin Hot. Si te gustan cometa aquí.
Ojo: estamos a 5 capítulos de terminar está hermosha historia. No olvides votar y comentar votar.

• CAÍDA PARTE UNO

Habíamos recorrido aproximadamente dos almacenes de ropa incluyendo uno de lencería, tal parece que la pena no existía entre los lobos. Estaba segura que no necesitaría más ropa nueva en un par de años, no era del tipo que compraba por hacerlo. Incluso escogí algunos conjuntos y zapatos para mi papá, estaba segura que le gustaría tenerlos. Daysi llamó a Sander para que nos recogiera en una hora, Elián había estado buscándome pero cuando supo que me había salido de la manada con su hermana. Digamos que la idea no le fue tan amena.

Dejamos las cosas en una de sus tiendas para pasar a esta cafetería donde estábamos sentadas a lado de un ventanal, la rubia bebía alegre su café capuchino mientras yo había pedido un agua con gas.

—¿Puedo preguntarte algo?— la observé curiosa.

—¿Ya lo estás haciendo no?— se sonrió.—Es broma, dime—. Me mordí el labio inferior.

—¿Por qué tu relación con Elián es tan...

—¿Lejana?— agregó encogiéndose de hombros.

—Cuando mamá murió, él se culpó de ello, hace poco visité a papá, está en Rusia, conoció a una mujer humana. No ha querido decírselo a Elián pero conmigo tuvo la confianza para hacerlo—. Abrí mi boca sorprendida, no creí que después de que su mate muriera encontrará el amor nuevamente.

—Es diferente sabes, Rebecca lo complementa, sé que él jamás olvidará a mi madre, la ama aún y la seguirá amando. Pero esa mujer le alegra los días así que estoy feliz por ello—. Regresó su atención al vaso con la bebida caliente tomando un sorbo.

—¿Por qué no te quedaste?— Solté.

—Hubiese sido muy infeliz de haberlo hecho. A veces tu propia familia apaga la luz que vive en tu interior. Eso me pasó con mi hermano. A pesar de que no se diese cuenta, iba apagándome poco a poco.

Sentí un pequeño escalofrío que me hizo empatizar con Daysi.

—Hay un lado de Elián que aún no conoces—. Giré a verla atentamente.

¿A qué se refería con eso?

—¿Qué quieres decir con...

—Casi te llevas toda la tienda—. Interrumpió Sander entrando a la cafetería.
Me saludó con un asentamiento de cabeza antes de darle un abrazo a la rubia.

Tenía entendido que ellos dos no eran mates, a pesar de ello se tenían un cariño bastante peculiar. Me atrevería a usar la palabra “Amantes”.

—Hay que regresar, Elián necesita hablar con ustedes dos—. Tragué saliva mirando nerviosa a mi cuñada.

«Quizás ya vió la alfombra de pato que está en nuestra habitación. O las cortinas de conejitos con moños»

—Primero hay que recoger a Evolet—. Casi olvidaba a mi pequeña beba.

Llegamos al sitio donde me esperaba mi mascota. Una señorita me guío hasta la sala de peludos. Era la única coneja entre todos los gatos y perros.

— Hace mucho que no nos traían a una coneja, mucho menos a una de sus...proporciones— Sonrió la señorita encargada de entregar a los peluditos.

El aullido del Alpha (Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora