El aullido del Alpha (Terminada)

Capítulo 31: Alaska. +18

Este capítulo contiene leves menciones sexuales. +18 se recomienda ser delicado. Si no te gusta leer este contenido saltea la parte.

•Un frío que quema•

Respiró profundo tomando el cierre de su maleta para jalar hacía el otro extremo. Se mordió el labio inferior. Ir a un lugar desconocido con dos mujeres desconocidas y que, aparentemente se alimentaban de sangre humana. Le causaba escalofríos.

Sabía que jamás me harían algo sabiendo que era amigo de Alderin. Pero joder que esas gemelas le ponían los bellos de punta.  Detrás sintió como el chico de cabellos castaños y ojos cafés le abrazaba.

—No tienes que ir si no quieres—. Comentó en voz baja Austin. Logan se dió la vuelta sonriéndole.

  — Alde es como nuestra hermana. A parte, tendremos algo que presumir en instagram—. Ambos rieron negando con la cabeza.

Logan amaba inmensamente al chico rizado. Desde que se conocieron en el instituto, quedó embobado con su manía forma de meterse en problemas. Mientras que él, dos años mayor, jugador del equipo de lacrosse, se volvió rutinario ir en su ayuda. A menudo pasaba sus horarios de descanso acompañado de una niña, Alderin. Llegó a creer que era su pareja, no fue hasta que un torpe del instituto público que él era gay.

La escuela entera lo tomó con burla y el acoso había presionado enormemente a Austin. Todo terminó cuando Logan después de ganar uno de sus juegos, rechazó a Thania, una porrista que había estado detrás de él durante mucho. Todo para subir las gradas y besar al castaño a vista de la escuela entera. Desde ese día quien se metía con Austin la pagaba. Poco a poco termino desaparecieron la opresión por acosar a quienes tenían gustos diferentes. Y más chicos y chicas pudieron abrirse libremente entre los pasillos del colegio Bridger School .

Se le proporcionaron atuendos especiales a cada uno. Especialmente al pelinegro quien debía resguardarse del frío. Canadá solía tener temperatura muy bajas la mayoría del invierno, pero allá sería distinto, no habría donde ocultarse de tormentas o nevadas.
Las gemelas sabían que la vida del humano corría por su cuenta. Si él moría significaría un enorme problema para ellas.

Todos las creían sanguinarias, temidas, las creían dos monstruos que solo buscaba seducir ha otros. Pero esa solo era una carcasa de la realidad que vivían dentro de si mismas. 

—Esto será rápido. Pero tengan precaución, si necesitan usar un portal, hablenme, cuando mi nombre salga de sus labios los escucharé—. Nos avisó la mujer que parecía elfa con un toque de demonio. 

— ¿Cómo sabremos cuando encontremos las runas?— Habló Austin cruzado de brazos.

—Lo sabrán cuando las vean—. Los portales fueron abiertos rápidamente. Logan se despidió con la mirada de Austin mientras que se preparaban para lo que estaban por enfrentar.

Las gemelas vestían algo poco abrigador. Dos vestidos negros cortos, botas hasta la rodilla y una chaqueta de cuero con las mangas hasta los codos. Peinadas de la misma forma. Una larga y voluminosa coleta.

El viento fresco impactó en el rostro del humano. Quién quedó impresionado por la vista, todo completamente blanco.

—Hay que subir la montaña— habló Shrieya. Ambas poseían una velocidad muy rápida. Sentían que Logan sería solo un estorbo, más no le molestaba su presencia, al contrario les causaba cierta...exitación.

Shera fue la primera en rodear uno de sus brazos por la cintura envuelta en un abrigo bastante grueso que portaba el oji azul. A su lado le siguió la otra gemela con un rostro coqueto.