xiii. being parents?

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¿qué nosotros qué?

Ambos se miraban, uno un poco incómodo y otra impaciente moviendo su pie, mirándolo con indiferencia notable, pero el castaño solo quería que su tensión acabará de una vez por todas.

—Lo siento, Cass.

—¿Crees que así te perdonaré?

Bajó la mirada arrepentido, pero dispuesto a decirle lo que sentía y pensaba de este asunto.

—Cuando ella... —suspiró sabiendo que su hermana sabía a quién se estaba refiriendo—. Llegó a nuestras vidas, estabas muy feliz, demasiado emocionada por las cosas que viviríamos como grupo ese verano. Tenías la misma mirada que cuando trajiste a ese chico y me preocupé. Sé qué, no es excusa de la manera en la que me comporte, te pido disculpas es solo que... cuando se trata de una posibilidad más, para que te rompan el corazón, me urge protegerte de todo. Solo para qué, ya no sufras más de lo que haz pasado. —pasó la saliva mientras rascaba su nuca—. Cuando más personas entran a tu vida, hay más posibilidades de que...

—De que te lastimen. —él asintió cabizbajo, pero la menor seguía teniendo su misma mirada—. Me dijiste fácil.

—Créeme que me arrepiento mucho de eso, desde ahora prometo dejar de ser tan impulsivo y sobre protector.

—Espero que así sea. —Cassie entrelazó sus brazos sobre su pecho, aún examinándolo con la mirada—. Supongo que te tendré compasión.

—Sabía que lo harías. —metió las manos en sus bolsillos, ligeramente extraño—. ¿Puedo abrazarte?

Ladeó la cabeza, acercándose a una distancia considerable rodeó la mano del mayor con cariño, una sensación extraña en su pecho, un hoyo que demoraría en cerrarse. Entrelazaron sus manos y ella solo sonrió, tirando de él para abrazarlo tranquilamente.

En el transcurso del viaje escucharon canciones de cada preferencia, algunos metidos en sus canturreos y otros distraídos mirando por la ventana. En esos otros, estaba solamente la ojimiel.

—¿Cómo estás?

Ni siquiera lo miró, mantuvo sus ojos enfocados en el paisaje del atardecer. —Bien.

—Bien, eso es bueno. —JJ sonrió deliberadamente, tratando de tener una conversación extensa con ella.

—Sí.

Se rindió, resopló tomando el mentón de la castaña con sus manos para que pudieran mirarse al hablar. —Necesito aclararte lo que sentí, lo qué pasa en mis sentimientos en realidad.

—Por favor, no es un buen momento. —espero a que su hermano estacionara en la gran mansión, abriendo la puerta para bajar junto al castaño de cejas depiladas y guiarlo hasta la entrada.

—¿Qué está mal con él?

—No necesito hablar sobre el tema con él, ya me dijo suficiente con sus acciones.

—Quizá deberías escucharlo, se nota lo desesperado que está.

—JJ Maybank nunca estaría desesperado por arreglar las cosas con una de sus tantas chicas, lo conozco muy bien. —habló antes de adentrarse a la casa cuando la puerta fue abierta por el Cameron que detestaban pero soportaban.

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