❝ ¿y tú eres? ❞Ella suspiró mientras se acomodaba en el suelo, recostando su frente en el palo de metal cansada. JJ entrelazó sus manos a través del espacio de la reja que los separaba, apretó ligeramente, sonriéndole.
—Saldré mañana.
—Trataré de estar aquí.
—No te preocupes, estaré bien.
—Yo...
—Ve a casa, no es que no me guste tenerte aquí, pero tienes que descansar, y es muy tarde para que estés sola por la noche. Puede sucederte algo.
—No me gusta verte aquí.
—Ya lo sé. —acarició el dorso de su mano—. Tampoco me gusta que me veas aquí. Mucho menos, causarte preocupación. Sé que no puedes dormir... me hace sentir culpable.
—Está bien que los demás se preocupen por ti.
—No quiero ser un estorbo.
—Nunca lo serías.
—La hora de visita de terminó, —El guardia sobresaltó los cuerpos en el suelo, tocándole el hombro a uno de ellos. Después de recibir una mirada fría, se obligó a sostenerla del brazo para que se retirara con rapidez—. No lo diré una vez más. Largo.
Cassie se puso sobre sus pies cruzando miradas con el oficial, que como si ella quemará la soltó y se alejó. Mirando a todos lados, temiendo de algo.
Estaba confundida, más solo hizo una cosa más antes de irse.
—Prométeme que me avisarás cuando salgas.
—Te avisaré, debes irte antes de que anochezca.
Aún con sus orbes mirando con rareza al oficial, se dispuso a caminar a la salida con las manos en los bolsillos de sus suéter. Ella inclinó la cabeza al ser observada por todos los de la comisaría. Tenía distintas preguntas.
—¿Podría darme mi documento?
—Por supuesto, señorita. —la recepcionista se lo entregó tan rápido como pudo, agachando la cabeza cuando terminó. Mostrando respeto hacia la menor—. Tenga un excelente día.
—¿Está bien?
—Fantástica, ¿necesita algo más?
—No, gracias.
Siguiendo con el ceño fruncido entre sus cejas, salió del lugar cuestionándose el comportamiento de todos.
Empezó a caminar por la acera, la comisaria estaba cerca de su hogar. Había venido tantas veces que conocía una ruta para llegar fácilmente, segura y podría caminar con tranquilidad sin trayecto de camiones o carros dificultándole el paso.
Sin embargo, a la hora de cruzar por el cruce peatonal que le brinda derecho como peatón, una camioneta casi la arrolla sacándole un susto.
Inmediatamente, toda la gente a su alrededor desvió sus ojos a ella.
El hombre de la camioneta se bajó balbuceando un sin fin de cosas, le causó gracia el copete que tenía en el cabello. Sus ojos zafiro buscaron heridas en su cuerpo intencionalmente.
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Wonder
Fiksi Penggemar[EDITANDO, porque lo escribí a los quince] || "I wonder what it's like to be loved by you" || "¿Vas a secuestrarme?" El rubio risueño frunce las cejas ante su comentario y luego se sostiene el estómago al explotar en una carcajada. "¿Te molestarí...