xlv. little surprise

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nosotros dos contra el mundo desde el momento
en que nuestros ojos se conocieron.

No podía dormir, llevaba mirando el cielo desde la cama de su habitación como si fuera muy entretenido, las estrellas y la luz de luna alumbrando magníficamente parte del espacio, cuál era inmenso. El problema es que estaba vacía, tenía todo lo que un cuarto debía tener, menos sus propias cosas. Aún no estaba lista para mudarse, prefería quedarse en la casa donde siempre vivió.

Un ruido de una rama rompiéndose hizo que se incorporará de rapidez y dejará de pensar, tomando el bate que tenía justo al costado de su cama y parándose lista para atacar a cualquier que se interponga en su camino.

La sombra se hizo aún más grande, levantó su brazos dispuesta atacar al intruso con un golpe en la cabeza, el hombre entró a la habitación cojeando y justo cuando la castaña estaba por golpearlo, él volteó y se alejó con rapidez.

—¡Cassie baja ese bate!

—¿Bird? —ella hizo lo pedido lentamente, frunciendo el ceño—. ¿Qué mierda haces acá?

—Bueno, me mandaste la dirección en caso de cualquier cosa importante y aquí estoy.

—Es verdad, perdón. —rascó su nuca yendo a prender la luz, pero antes se giró hacia el ojimiel—. Cualquier persona normal hubiera tocado la puerta, no entrado por la ventana.

—No soy una persona normal.

—Cierto, esto es mucho pedir, hasta para ti.

Se encogió de hombros adentrándose a la habitación con su nueva mascota en sus brazos, un olor asqueroso a heces y agua acumulada se hizo presente, pudo notar que su ropa estaba manchada y arrugada.

—¿Qué diablos te pasó? —preguntó dejando al perro en la cama, estirándose para tomar algunos paños húmedos y pasarlos por los pelos negros.

—Cuando fui a pescar con Ward todo iba muy bien, tomábamos cerveza y toda esa mierda, me pareció extraño que me haya llevado tan lejos de la zona dónde normalmente hacen pesca, pero decidí no hacerle mucho caso. Al cabo de unos minutos me comenzó de hablar sobre algunas cosas hasta que tocó el tema del Royal Merchant, sacó muchas cosas al azar y luego hablo sobre la brújula, desde ahí comencé a sospechar, todo paso muy rápido al minutos estaba intentando matarme cuando quise regresar, intenté de todo hasta que termine por irme en una moto acuática. Quise descubrir más al respecto y fui hasta la señora Lana, me contó todo, que Ward había matado a papá.

Cassie ladeó la cabeza, acercándose lentamente y apoyando su quijada en el hombro de su hermano. —Lo siento mucho, bird. Lamento no haber estado presente.

—Solo quiero que se haga justicia. —tragó saliva—. Fui a ver el oro, se lo ha llevado, todo.

—Mierda. —pasó los brazos por su cabello—. Maldita sea.

—Sé cómo te estás sintiendo, pero el oro es nuestro. Lo recuperaremos, no debes preocuparte más. —John B solo se encogió de hombros, aún manteniendo su mirada en el cielo con la luna resplandeciendo como suele hacerlo—. Lo haremos.

Ella asintió, mordiéndose el labio. —De acuerdo, puedes quedarte a dormir conmigo como dormíamos de bebés, pero primero báñate, hueles feo.

—Eso fue cruel, pero tienes razón. —el castaño rió levemente, haciendo un morro.

—Llamaré a Jack, tú puedes entrar al baño, traeré ropa cómoda para ti.

—Jack.

—No estoy.

—¿Entonces quién me contestó?

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