xi. you can call me your soulmate

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¿escuchas girl and red?

Existen ciertos tipos de situaciones dónde sientes que el alma se te escapa del cuerpo, como si no le importara y prefiriera dejarte solo antes de pasar un infierno contigo. Literalmente.

Pues, eso estaba sucediendo en ese momento.

Sus amigos lograron salir justo a tiempo antes de que abrieran la puerta, ella solamente pudo esconderse detrás de la madera de puntillas y su respiración entre cortada.

Los hombres se adentraron a la oficina rebuscando todo el espacio, pasando por el alto la ventana mal cerrada. Solo estaban enfocados en una cosa, robarse la investigación del Royal Merchant, o al menos buscar lo que su jefe les pidió antes de que acaben sus veinticuatro horas, tenían un solo trabajo y lo cumplirían.

¿Su jefe? Oh, olvide contarles. Matteo Salvatore, quería El Oro que le pertenecía a sus antepasados sin siquiera esforzarse en tener pistas sobre el naufragio. No importa cuánto te hayas esforzado en hallarlo, sigue perteneciéndoles a los Salvatore.

Robarían la investigación de Big John Routledge.

Abriendo los cajones, sacando la diferentes carpetas y portafolios, los papeles, borradores y mapas encontrados. Todo lo que les permitiría a los pogues buscar el tesoro, se lo estaban llevando y no podían hacer nada al respecto.

Salvo que estaban buscando en el lugar incorrecto o robando el trabajo incorrecto.

Cassie estaba muy asustada, tratando de respirar lo menos que podía pero esos hombres les daban mucho miedo, tenían armas y otras cosas en sus bolsillos, parecían el tipo de persona que te volaría la cabeza sin dudar un segundo en hacerlo. Claro que obviamente no pasaría nada si ella se quedaba en su lugar con absoluto silencio, sin embargo, solía ser muy distraída.

Justo cuando pensó que ya se habían ido después de estar un largo rato yendo de aquí y allá con algunas cajas en sus manos, la menor salió de su escondite con cuidado y sigilosamente, asomando su cabeza antes de hacer otro movimiento en seco, primero sacando uno de sus pies y luego el otro.

Pero siempre solía ser muy torpe.

Terminó resbalándose con un trapo en el suelo que se cayó de alguno de los intrusos, que hizo que los tres hombres se alterarán y uno de ellos en toda la tensión agarrará su arma disparando hacia el estudio, la bala aterrizando en el umbral de la puerta dejando una marca allí.

—¿Qué haces idiota? —Mike rodó los ojos con frustración, golpeando la nuca de otro de sus compañeros, era el más tonto—. No puedes andar por ahí disparando por doquier, la gente escuchará y nos meteremos en grandes problemas.

—Escuché algo, alguien debe estar ahí.

—No seas idiota, estuvimos ahí hace tan solo unos segundos. Nada se me pasa por alto.

Unas manos la agarraron de los brazos y le taparon la boca llevándola tras la puerta de nuevo. Era uno de los anteriores, tenían su compostura grande y fuerte, cabello marrón y ojos claros. Le pidió con una seña que guardara silencio un momento.

Golpeó el brazo intentando liberarse reiteradas veces.

—¡Yo me caí! —Luke gritó aún mirando hacia la castaña encogida en su lugar con la cabeza abajo—. ¡Vayan yendo al auto! ¡Encontré algo más, los veré en un momento!

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