|| En edición ||
Cassiopeia lo observaba distante e indiferente en su lugar, en su expresión mostraba perfectamente su humor respecto a los acontecimientos. Así mismo, el rubio que amaba hacerla enloquecer se cubría los labios con miedo a soltar una...
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Esos breves segundos, todo su mundo se detiene por ese instante. Sus amigos se reían junto a ella, bromeaban lanzándose agua del pantano, tomaban cerveza. Era un hermoso atardecer con las personas correctas.
Su cuerpo recibe el impacto de un fuerte abrazo imprevisto, su risueño favorito pasa a un lado suyo dirigiéndose a su amiga en común. —Dime que me trajiste lo que te envié por chat.
—Ya, están tus cajas de esas gomitas que me obligaste a remojar en cerveza para luego congelarlas, y son horribles. Los caramelos de limón, el cual también está horrible.
—Sabes lo que me gusta. —Besa su mejilla efusivamente arrebatándole los alimentos de sus manos—. Basta Kie, te amo.
El pecoso frunce su ceño al escuchar el gruñido proveniente de su hermana, soltando humo por todos lados. Los aparentemente cómplices se miran entre sí sonriente, ignorando el mal humor creciente de Cassiopeia embutiéndose caramelos a la boca.
—Yo manejaré. —Sorpresivamente le arranca el mando de las manos, retirandolo con amabilidad de su lugar. John B intenta recuperar el mando temiendo por su vida más falla en el intento.
—Por favor, no nos mates.
—Deja de exagerar, no lo haré.
૮
—Es absurdo, ese pez se atravesó en mi camino.
—No es un pez, era una persona nadando. —Espeta Pope empujándola a su asiento donde no podía lastimar a nadie—. Mejor no manejes cuando estás molesta.
—Eso fue bastante gracioso. —El aludido de pequeños rizos no puede vivir tranquilamente sin hacer desastre por lo menos unos treinta minutos. Tenía una cerveza en una mano y en la otra posada sobre su propia cintura—. Pope, más rápido.
En la punta del barco, flexionándose para atrapar las gotas de cerveza lejanas a su boca. Esparciendo la bebida hacia todos sus amigos.
—Está bien, aquí vamos de nuevo. —Bird reacciona rodando los ojos acostumbrado a esa situación. Un poco estresado quizás—. Lo ha intentando seis mil veces, nunca le sale. Es muy perseverante.
—Sí, lo sé. Siempre me envían videos sobre sus fracasos.
—Nah, esta vez funcionará. Mi chica favorita, lo hará conmigo. —Cassiopeia traga saliva pensando si la elegiría a ella, pero cuando esté se acerco totalmente emocionado su corazón de enterneció—. Vamos, cariño.
Cassie lo miró atónita, negando claramente mostrando su negatividad. —No gracias, no quiero morir.
