xlvi. the end of my happiness

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no siempre irá todo bien.

Ambos amigos observan al moreno destruir el pequeño taller después de que el oro sea llevado por un avión mucho más lejos que a otra isla, descargando la ira y frustración en romper las cosas, pedazos de madera tirados en el suelo, una manera peligrosa de desahogarse.

—¡Pope detente!

El azabache tomó una botella de vidrio, con mucha rabia acumulada dentro de él, la lanzó lejos allí sin percatarse que una persona estaba justo en el mismo lugar.

Los vidrios salieron disparados por doquier, cristales rotos y afilados.

Cassie se cubrió el rostro con mucho miedo, girándose y cerrando los ojos con fuerza, miles de recuerdos y escenas escalofriantes se le vinieron a la mente. Sus cicatrices y lágrimas derramadas, hizo que comenzará a respirar con dificultad.

Todos se quedaron quietos, intercambiando miradas, justamente Harley se acercó a su hermana cautelosamente, tocando su brazo, sintiendo como ella se paralizó de repente, pero luego abrió los ojos descubriendo que era él.

No Big John.

—Cassie, ¿estás bien?

Ella asintió, incorporándose en su mismo lugar y sacudiendo su cuerpo para quitar los cristales con cuidado.

—Cass, lo lamento, yo...

—No te preocupes, ¿tú estás bien?

—Sí.

Kiara alzó una ceja por la reacción exagerada de su mejor amiga, pero cuando junto los hechos, pudo averiguar el porqué es tan temerosa a una acción agresiva. —¿De quién es la sangre?

—Es una larga y triste historia.

JJ se acercó hacia la menor, atrayéndola a su pecho mientras rodeaba su cuerpo con sus brazos. —Pensé que estaban apunto de morir, estuve así de desmayarme.

—Es cierto.

Cassie le sonrió tímidamente, acariciando su frente. —Estamos bien, llegaron por nosotros.

Los dos chicos apoyados en la pared detrás de ellos sonrieron, alzando la mano para saludar. Había cierta química entre ellos dos, se miraban con un brillo en sus ojos y cuando se acercaban, sonreían aún más, pero no daban otro paso por miedo a cómo reaccionen los demás.

—¿Ustedes son?

—Sí, ¿te molesta?

—¿Estás bromeando? —John B habló por ella, en un tono que podría haber asustado a cualquiera—. Ella está loca con cada pareja así que ve, es su mayor protectora.

Todos asintieron y la ojimiel se cruzó de brazos indiferente, sabiendo que estaba en lo correcto.

—No te preocupes, Harley, que seas gay es lo menos que nos importa a nosotros. —le brindó confianza con una curva en sus labios, una sonrisa cariñosa—. Además, siempre quise un hermano gay.

—¿En serio? —Harley ladeó la cabeza.

El castaño frunció el ceño, —¿En serio?

—Sí, es como que tengo más confianza y podemos conversar otros tipos de cosas, como en las parejas o algunos gustos personales. No quiero categorizar, pero es diferente. —se encogió de hombros—. Suelo hablarlo con Jack, pero sus respuestas son muy extrañas al igual que las de John B.

—¿Yo?

—No sirves para dar consejos.

—Bueno, tienes un punto.

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