Las acciones traen consecuencias, únicamente se trata de una simple ley de vida. Nunca reaccionas de una manera e intentas salirte con la tuya inmediatamente. Después de una pelea con un arma de fuego involucrada, no te traerá absolutamente nada bueno.Sus orbes mieles se adaptaron a la luz en su habitación lentamente, les ardía un poco por la intensidad. Ella se dispone a sentarse en el colchón, sintiendo un peso al lado del colchón. Bosteza tomando una almohada y golpearla en la cabeza de su hermano acostado, despertándolo de inmediato. Ambos intentan aferrarse a estar despiertos, cuando una imagen en la puerta les hace abrir los ojos.
La Sheriff Peterkin recostada en el umbral de la puerta.
—Buenos días, es hora de levantarse. —Susan sonríe en grande, sus manos sobre al hebilla de su cinturón de oficial puesta firmemente—. Debemos hablar.
Los hermanos se miran un breve instante, Cassiopeia por su parte se coloca una bata encima mientras su hermano sale sin camisa acostumbrado a la presciencia de ambas mujeres. Ellos se reencuentran en la sala, sentándose en el viejo sofá a espera de su regaño.
—Siento haber entrado de esta manera a su casa, pero me lo exigió servicios sociales. —Ella habla, caminando de un lado al otro, inspeccionando la cabaña—. Me pidieron venir a ver cómo estaban. ¿Están bien? Sin contar el ojo lastimado.
—¿Esto? Oh, no es nada. Gracias por venir.
—Fantástico, me alegra verlos juntos otra vez. Esta casa se estaba volviendo un desastre sin la pequeña Cassie poniendo su mano mágica, era hora de ordenar por aquí. —Cariñosamente los mira, manteniéndose quieta un momento—. Escuché algo que me preocupo, déjenme ver si me acuerdo... oh sí. Su tutor salió del estado hace tres meses, ¿qué hay de la manutención en la escuela de Londres?
—El tío se fue de compras hace unos minutos, Cassie le pide una larga lista de verduras para la despensa. —John B hace un gesto para restarle interés—. La manutención de encarga las madrinas, no hay nada de preocupaciones.
Susan enarcó una ceja por la discusión que presenciaba, aclarándose la garganta. —¿Es cierto que anoche hubo una pelea relacionada con un arma?
Como hermano mayor, decide intervenir.
—¿Un arma? —Negó con la cabeza, cínicamente—. ¿Me metí en una pelea porque estaba pasado de copas? Sí. ¿Hubo un arma? Claro que no, solo habían personas fumando. Usted sabe, oficial, adolescentes siendo adolescentes.
—Sea quien sea, lo atraparé. —La morena entrecierra los ojos, el nerviosismo de la menor delatándola—. Lo que me preocupa en este momento es encontrarles un lugar seguro para vivir.
—Con todo respeto, nuestra cabaña es un lugar seguro. Vivimos aquí desde que tenemos memoria, es nuestro hogar, nuestro lugar seguro. —Cassiopeia aclara, encogiéndose los hombros.
—Es un lugar resistente. —John B bufó tocando la madera de la repisa cercana a la puerta, arreglándose la bandana al rededor de su cuello—. Además, el tío T., vendrá más tarde.
—Lamentablemente ustedes no deciden dónde vivir, es decisión sumamente del gobierno. —Ladea la cabeza, acercándose a una repisa apunto de colapsar—. ¿Él ya sabe?
—¿Saber qué?
—Sobre Londres.
El pecoso frunce el ceño.
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Wonder
Fanfiction|| En edición || Cassiopeia lo observaba distante e indiferente en su lugar, en su expresión mostraba perfectamente su humor respecto a los acontecimientos. Así mismo, el rubio que amaba hacerla enloquecer se cubría los labios con miedo a soltar una...