xxxiii. stronger bitch

1.3K 104 41
                                    



¿podrían dejar de apostar?

Abrió los ojos, confundida por los pasos apresurados que subían las escaleras. Desconectó el celular observando la hora, eran las ocho de la mañana. La puerta se abrió dejándose ver a cierto pelinegro sonriente.

—Vine los más rápido que mis pies pudieron. —el ojiverde habló una vez se adentró a la habitación, barriendo con su mirada el cuarto buscando a alguien—. ¿Dónde está?

—Hey Lolo, ¿cómo estás? Yo estoy muy bien, muchas gracias por preguntar. Te quiero mucho, gracias por tomarte el tiempo de visitar a tu única amiga en ob.

—Ajá. —miró su celular comprobando algo, luego lo guardo al sentarse un rato en la cama—. Quiero ver a la nueva integrante.

—Pero...

—¿Dónde está?

—Es la habitación siguiente a la mía escuchando una hermosa melodía que le puse para bailar —Le sonrió lentamente arreglándose el cabello.

Apolo frunció el ceño, —¿Les pusiste One Direction?

—Obviamente.

—Hablas de ellos como loro parlanchín cada vez que nos encontramos, eso es una obsesión. —negó—. Además, te conozco como la palma de mi mano.

—¿Podrías al menos decirme que pasó entre Eros y tú?

—Luego, dame cinco minutos.

Se levantó de la cama saltando para correr fuera del cuarto balbuceando cosas, Cassie rodó los ojos intentando volver a dormir un poco antes de que regresará y comience hablar hasta que los llamen para comer. Ya estaba delirando que estaba en una playa del caribe tomando un jugo de fresa frente al mar azul mientras un señor moreno con parche en su ojo se sentaba junto a ella diciéndole que ahora formaba parte de la organización secreta del proyecto vengadores...

—Estaban dormidos. —su mejor amigo entro todo triste, se quitó los zapatos y se metió bajo las sábanas junto a la menor. Se dejó rascar la cabeza por Cassie, mientras sonreía bajo sus caricias.

Pasó unos minutos hasta qué.

—Cass.

—¿Sí?

—Eres familia para mí.

—¿En qué sentido?

—Me tratas mejor que mi propia familia. —ironizó levantándose para acomodarse frente a ella, jugando con sus dedos y la mirada fija en ellos—. Eso es tan... malo.

—¿Por qué lo dices?

—Porque apenas y te conozco.

Cassie se calló. Él tenía razón.

—Las mejores amistades son las que se hacen mejores amigos de un día para otro sin saberlo. Y esos somos tú y yo, Apolo, no necesitamos una etiqueta para ser nosotros mismos. Yo te quiero en mi vida.

Lolo sonrió, —Yo también.

—¿Me contarás lo que sucedió con Eros?

—Yo practicó equitación. En el mismo club de siempre, llevo años allí y nunca había visto a un chico como él interesado por aquel deporte. Nos tocó ser compañeros en algún momento y nos fuimos conociendo. Solo sucedió.

—Está bien.

—¿Lo crees? Él te dañó. De haber sabido que era él en un principio me hubiera alejado luego de darle una patada en las...

WonderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora