xv. many secrets

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¿me estás coqueteando?

Todos quedaron perturbados por el suceso anterior, poniéndolos a la defensiva desde ese momento y haciendo que ahora en adelante tuvieran cuidado en cada paso que dieran o una serpiente voladora les incrustaría su veneno.

Él tomó la nuca de Routledge, para luego mover sus hombros con rapidez. —Si hay una, puede haber más. Tú corre mientras puedas y ten a nuestros hijos lejos de bancos externos.

—JJ, no tendremos hijos.

—¿Podemos tener un cachorro?

—Basta. —Kiara detuvo la réplica del ojigris alzando su palma, parando su hablar—. ¿Por qué sigue ladrando? —le pregunto a su mejor amiga a su costado, recibiendo un encogimiento de hombros de su parte.

—Déjalo, así es él.

Pope bufó molesto, hoy estaba ligeramente irritable, solo un poco. —¡Deja de ladrarle a las serpientes!

— Eso no fue muy rockstar de tu parte Pope – comentó la ojimarrón negando con su cabeza.

—Esa aplicación es del diablo.

—Pope, suenas como un viejito.

El azabache alzó una ceja, pero de todas maneras prefirió ignorar la ofensa reciente. —John, escúchame, no entraremos ahí, ¿sí? —aclaró mirando el orificio del muro—. No se abre, deberíamos irnos.

—Yo podría entrar. —Kiara y Cassie hablaron al mismo tiempo, dándose cuenta y girándose para mirarse con los ojos entrecerrados—. Mejor para mí. —volvieron a hacer lo mismo, haciendo que se quejaran—. Oh vamos.

—Deberían ponerse de acuerdo en quién de ustedes entrará.

—Pensándolo mejor, mejor entra tú, Cassie. —La morena le sonrió inocentemente, estirando sus brazos hacia el hueco.

Unos hoyuelos aparecieron en las mejillas de la ojimiel cuando sonrió sarcásticamente, —Eres una maldita, pero bueno, si muero conozcan al castañito por mí.

—Si es lo que quieres. —Pope asistió mientras ponía una mano en su hombro, palmeando la zona tranquilamente.

—No, no, espera no. —el pecoso negó, mostrando su negatividad respecto al tema—. ¿Crees que cabrás dentro de ese agujero?

—Bueno, sí entró en los columpios de los bebés, creo que puedo entrar allí. —suspiró—. Estaré bien, bird.

—Moveré las ramas, para que puedas pasar. —su mejor amigo hizo lo dicho, tirándolas a un lado y lanzando un poco de polvo que hizo que ella estornudara escandalosamente.

JJ estiró sus manos cerca de los muslos de ella, —Te ayudaré a entrar, sólo impúlsate con mis manos.

Soltó un gemido de frustración, haciendo que todos sus amigos rueden los ojos. —¿Pueden decirme que estamos buscando?

—Lo sabrás cuando lo veas.

—Oh, eso me ayuda mucho. —respondió sarcásticamente, suspirando mientras se apoyaba con las manos del rubio, siendo sostenida de la cintura por el moreno, entregándole los lentes antes a su mejor amiga, impulsándose para llegar hasta una base del hueco y luego saltar hacia adentro—. Todo está muy oscuro.

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