Capítulo 26*

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ALEXA

—¿Te llevas mejor con Blythe? —Aidan fue quien rompió el silencio que había en el elevador.

—Pues eso es lo que hay que hacer ¿no? —conteste.

—Mi papá nos insultó a mí y a Caleb porque creemos que podemos cancelar la boda.

—Papá nunca cancelara la boda.

—No, lamento todo lo que estas pasando, no sé si te llevas bien con Blythe, o si siguen teniendo discusiones, realmente es desagradable pensar que te casaras con alguien que ni siquiera conoces. Es muy anticuado.

—Muy ridículo, también.

—¿Como te van las cosas viviendo con él?

Me quede un momento en silencio pensando en todas las cosas que me han pasado mientras estoy con él.

Pensando en lo que paso anoche, si le contara a Aidan todas las veces que nos hemos besado o incluso la manera tan lasciva que fuimos no me lo creería.

Pero luego están esos momentos donde discutimos por cualquier cosa, la mínima tontería, todo ha sido tan precipitado y rápido.

Tengo presente mis sentimientos con Jake, y no tengo sentimientos reales por él, no soy de las que cree que está enamorada solo porque tuvo algo más que un abrazo con alguien. Y también sé que Jake es igual.

Al menos en eso estamos de acuerdo en algo.

—Son diversas. —dije.

—¿Diversas? ¿Como es eso? —me miro, confundido.

—Pues, tenemos nuestros momentos de paz y también de guerra.

—Diversas. —repitió.

Asentí, sin verlo.

—¿Que tal las cosas en casa? —cambie la plática.

—Ya sabes, papá en su mundo, mamá anda de arriba para abajo con la señora Blythe al respecto a tu boda, Caleb involucrándose más en los negocios, yo en mis cosas.

—¿Algo nuevo en tu vida?

—Ahm, tengo novia. —dijo, como si fuera algo común.

—¿Por qué no me doy cuenta de esto? Tienes que presentármela.

—De hecho, ella insistió bastante en conocerlos, así que hoy ira a la casa a cenar.

—¿Estoy invitada? —pregunte, feliz.

—Sí, a lavar los trastes.

—Aidan. —me queje, dándole un golpe en el brazo.

Las puertas el elevador se abrieron y esa fue la señal de salir y seguir avanzando.

La oficina de papá es un lugar que recuerdo como deprimente, estuve llorando por casi dos horas afuera de su puerta para esperar que abriera y hablar con él de la boda. Y cuando lo hizo, dudo hasta que haya escuchado, solo dejo que me quejara para concluir con un:

Te casaras con Jake Blythe, quieras o no.

Esa fue la última vez que vine, hasta hoy.

Incluso mire la secretaria que me sonrió, recuerdo la vergüenza que pase cuando me senté a un lado de su escritorio mientras lloraba en silencio y ella me pasaba pañuelos para secar mis lágrimas.

—Un gusto verla, señorita Fabray, la veo mucho mejor. —me sonrió la secretaria de mi padre

—Gracias. —conteste, apenada.

Un amor sin escape #1 (Completa- Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora