Capítulo 38*

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ALEXA

Todo es blanco.

El tic tac del reloj suena.

El pitillo de una maquina se junta con el silencio.

Mi brazo me duele, no puedo moverme, me duele todo el cuerpo.

Mis ojos están pesados y no quiero esforzarme en ver si hay alguien cerca de mí.

Mi abdomen duele horrible, siento algo haciendo presión y quiero quitarlo, me siento muy débil.

Quiero agua.

¿Dónde está Jake?

Siento como mi pecho se hace presión de nervios, tengo el impulso de levantarme e ir a verificar si él está ahí afuera esperando que yo le llame, pero no puedo moverme.

Mi corazón late con fuerza y desesperación cuando hago el esfuerzo de ver el reloj en la pared, once de la noche. Traté de hacer todo lo posible para sentarme e hice un gesto de dolor cuando la herida en mi abdomen ardía.

Pero pude sentarme sin lastimarme, miré mi mano, mis anillos no están.

Y todo se hizo presente.

La boda.

El escándalo.

Un disparo.

La bala.

Sangre.

Me gustas.

Jake.

Me sobresalte cuando la puerta se abrió, un doctor entro junto a una enfermera, me sonrieron cuando me vieron.

—Nos alegra que hayas despertado. —contesto él.

—Has dormido bastante, tu familia está muy preocupada. —ella se acercó a revisar mis pulsos.

—¿Que me paso? —pregunte —¿Estoy bien?

El doctor me alumbro los ojos con una pequeña linterna y asintió sin decir nada.

—Tuviste un pequeño trauma con un disparo en tu abdomen, estas bien. Eres muy fuerte el haber soportado una bala aun perdiendo mucha sangre. Eres muy valiente.

—¿Estoy bien? ¿La bala lastimo algún órgano? ¿Tendré algún problema en el futuro?

—Te ves muy familiarizada con esto, normalmente los pacientes no hacen ese tipo de preguntas. Lo primero que preguntan es: que le paso, donde están, donde está su familia.

—Sé lo que me paso. —dije, el doctor me miro con curiosidad —Estudié medicina y sé los riesgos que tiene una bala en el abdomen. —conteste la duda del doctor.

—Eso me responde todo. —dijo él, abrió mi expediente —Alexa Blythe.

Alexa Blythe.

—Perdiste mucha sangre, tuvimos que darte mucha, traías tu presión muy baja, la bala fue dirigida a una parte principal de tu cuerpo, el abdomen, eso quiere decir que quien te hizo esto tenía la intensión de disparar a tu estómago, la bala estaba muy cerca, si la bala hubiera entrado a tu estomago hubiera sido un riego, más de muerte que de vida.

Asentí.

—Pero no fue así, estas bien. El retiro de la bala fue un éxito, solo tienes que tener un momento para descansar, relájate y...

—¿Y? ¿Algo más?

—Nada de relaciones sexuales.

—Te lo decimos porque nos costó quitarte ese vestido. —la enfermera sonrió, apenada —Iré a avisarle a tu familia que pueden pasar a verte.

Un amor sin escape #1 (Completa- Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora