20

1.3K 71 4
                                    

(P)

La fiesta fue increíble, no se porque a Daniela le irritan tanto sus amigos, luego de conversar con ellos casi toda la noche descubrí que son personas grandiosas y con gustos muy parecidos a los míos. Sebas nos despidió recostado en el marco de la puerta para no caerse del increíble nivel de ebriedad que traía encima haciéndole prometer que nos reuniríamos pronto. Paula era otra de las tantas personas que se encontraban realmente ebrias así que Daniela insistió en dejarla en su apartamento para luego partir rumbo a su increíble y enorme casa.

- Bien nena ahora si vamos a mi casa.

- Daniela, ¿qué era lo que me tenías que preguntar?.- La miré expectante esperando una respuesta.

- Cuando lleguemos te lo diré, lo prometo.- Colocó su mano en la palanca de cambios, su pie piso el acelerador y el auto se puso en marcha.

Luego de unos minutos pude divisar la hermosa casa, la puerta del garaje se abrió para meter el auto y luego se fue cerrando lentamente.

- Llegamos señorita Garzón.- Me miró sonriendo.

Entramos a la casa, no había estado muchas veces allí pero los recuerdos que guardo de ese lugar son maravillosos, las imágenes del cuarto tras la puerta negra pasaron por mi mente haciéndome humedecer los labios.

- ¿En qué piensas nena?.- Me envolvió la cintura por detrás con sus brazos.

- En lo bien que la pase la ultima vez que estuve en esta casa.- Sonreí con picardía.

- Ah sí..- Su mano se deslizó hasta mi cuello para sujetarlo y pegar mi espalda a su pecho.

Su boca chupo el lóbulo de mi oreja haciéndome jadear con pesadez.

- Quisiera hacerte tantas cosas en este preciso momento María José.- Dijo con voz ronca en mi oído.

- ¿Y qué te detiene?- Pronuncie con la voz más sensual que pude.

- A la habitación. ¡Ahora!.- Ordenó.- Esperame allí.

Subí las escaleras lentamente viendo como Daniela se perdía entre los tantos pasillo de su casa. Sin más entre en la habitación, la decoración era bonita pero apagada ¿por qué toda su casa era oscura? Me da una sensación de tristeza. Su cama era enorme eso lo recuerdo bien, observaba detenidamente volviendo al recuerdo del día que nos vimos por primera vez en tanto tiempo, caminé hacia el enorme ventanal que daba una hermosa vista hacia la ciudad, las luces se veían como pequeños puntos relucientes a lo lejos, era realmente hermoso.

El sonido de la puerta me sacó del trance en el que estaba, me giré para ver a una Daniela completamente relajada. Mire sus manos para notar que sostenía un objeto extraño.

- Daniela ¿qué es eso?.- Señale el extraño objeto.

- Lo sabrás en unos minutos.- Sonrió.

La habitación estaba a oscuras, la única iluminación era la tenue luz de la luna que se proyectaba por los grandes ventanales, podía ver el perfecto rostro de Daniela, sus facciones son extremadamente hermosas como si hubiera sido tallada por los mismos dioses o tal vez demonios. Estaba descalza, se había quitado la ropa de la fiesta y en su lugar traía una bata negra de seda, quería saber que había debajo de esa fina tela y algo me decía que no tendría que esperar demasiado.

Se acercó hasta donde me encontraba a pasos lentos para quedar frente a mí, sus ojos se encontraron con los míos perdiéndome en el negro se sus pupilas dilatadas. Tiro de la cinta que amarraba la bata abriendo abriendola y dejándola caer al suelo, ¡Santa mierda! Contube la respiración por unos segundos mientras analizaba su jodidamente sexy vestimenta. Traia puesto un conjunto de lencería negro con detalles blancos, sus pechos se marcaban tortuosamente bajo el sostén, trague saliva para continuar observando a la mujer frente a mí, sus bragas eran realmente diminutas y yacían debajo del ligero que se sostenía a las medias. Esa mujer era mi perdición.

SEÑALES DE AMOR - (CACHÉ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora