(D)
Abrí los ojos viendo muchos rostros, sentía que me estaba ahogando así que comencé a retorcerme en la cama, no reconocía donde estaba o lo que estaba sucediendo, esas personas me sujetaban y solo repetían que me mantuviera calmada. Mi vista analizó todo el lugar dándome cuenta de que estaba en un hospital, ¿por qué estoy en un hospital? ¿qué está sucediendo?.
- Señorita necesito saber si puede oírme.- Repetía la joven de cabello dorado.
Asentí mientras las lágrimas se resbalaban por mis mejillas, no podía hablar, las palabras no conseguían salir de mi boca ni tampoco sentía mis piernas, lo único que sentía era una inmensa desesperación por saber lo que estaba ocurriendo.
Luego de que me revisaran por varios minutos y me hicieran múltiples estudios la joven doctora de nombre "Elle" me dijo que todo estaba bien conmigo y que la verdad no comprendía como eso era posible ya que luego de estar seis meses en coma debería presentar algún problema.
Me quitaron la traqueotomía lo que dejó mi garganta bastante sensible, debía hablar lo menos posible para no causar lesiones.
Mis padres pasaron a visitarme, mi madre era un mar de lágrimas y mi padre se veía bastante emotivo al ver que podía mantener nuevamente una conversación conmigo.
- Cariño no sabes lo mucho que te extrañamos.- Dijo mi madre estallando en llanto.- Creí que jamás volvería a ver esa encantadora sonrisa.
- Tranquila mamá, aquí estoy. No sé muy bien que fue lo que sucedió ya que he estado durmiendo por unos seis meses pero espero que me pongan al corriente.
- La doctora dijo que te dejáramos descansar así que volveremos luego.- Mi papá besó mi mejilla y luego se fueron dejándome nuevamente sola en aquella aburrida habitación.
¿Descansar? ¡Que están dementes!, pase meses durmiendo lo único que no deseo ahora es volver a dormir. Me dispuse a ver por la puerta de cristal a los enfermeros y doctores caminar de un lado al otro, era muy entretenido hasta parecía un reality show. Desde mi habitación podía ver la recepción, una chica de cabello largo y castaño se detuvo a hablar con la enfermera tras el mostrador, volteó su rostro hacia mi cuando la joven enfermera señaló mi habitación y ahí me di cuenta de quién se trataba, ¡María José! mi hermosa chica de ojos verdosos, no fue hasta que la vi que mi corazón comenzó a galopar en mi pecho, para mi la había visto nada más ni nada menos que ayer pero en realidad habían pasado muchos meses, para mi era como verla por primera vez y deleitar a mis ojos con su belleza. Le regaló una sonrisa a la enfermera y comenzó a caminar hacia la habitación.
Decidí hacerme la dormida porque quería oír su reacción. Sentí la puerta abrirse y luego cerrarse, seguí sus pasos con mis oídos dándome cuenta que se encontraba a mi lado en la silla del acompañante. Sentí su mano tomar la mía tan suave proporcionándome su calorcito, podría decir que era la primera vez que la sentía en mucho tiempo pero no, yo sentí cada una de las veces que ella tomo mi mano y la acarició, sentí su calor acompañarme todos esos meses y ahora no solo podía sentirla sino que también podía verla.
- Hola preciosa, esta es la primera vez que tomo tu mano con la sensación de felicidad y no de tristeza o temor por no volver a verte. Me agrada volver a sentir el calor de tus manos ya que la última vez estaban frías y pálidas. Sentí mucho miedo sabes, de verdad creí que te perdería.- Comenzó a sollozar con cada palabra que salía de su boca.- Los últimos meses fueron una verdadera tortura para mi, tuve que comenzar a rehacer mi futuro pero sin ti en él y créeme que fue la peor sensación del mundo, tal vez te parezca un pensamiento de una niña de 11 años porque a penas llevamos un año saliendo pero para mi tú lo eres todo, eres mi mundo Daniela y no quiero una vida en la que no estés tú, no consigo imaginarla porque cuando lo intento lo único que veo es tristeza y angustia. Te amo Daniela, te amo ahora y te amaré por el resto de mi vida aún si no formas parte de ella.
Comencé a retorcerme en la cama y abrí los ojos poco a poco para hacer creíble mi mentira de que estaba dormida, María José lloraba aferrada a mi mano con la cabeza recostada en la cama. Se que me matará por esto luego pero valdrá la pena.
- Disculpa pero ¿quién eres?.- Dije bajito para no forzar mi garganta.
Su cabeza se levantó de la cama rápidamente y sus ojitos se encontraron con los míos.
- Soy yo Daniela, María José.- Su rostro entristeció, las lágrimas caían por sus mejillas mientras aún sostenía mi mano.- No puede ser, ¿no me reconoces? Soy.. soy tu pareja
- ¿Mi pareja? Claro que no, mi pareja es Carla Ruíz. No sé quién es usted ni porque está aquí.
- ¡Oh por Dios!, esto es peor que haberte perdido.- Llevó las manos a su rostro y rompió en llanto.
Creo que la embarre, tomé sus manos quitándolas de su rostro para plantar un beso en sus labios, su reacción fue de confusión pero no me apartó, enredó sus manos en mi pelo acercándome más para intensificar el beso.
- Basta, esto está confundiendome.- Su expresión aún era triste.
- María José nena, era una broma. Jamás podría olvidarme de ti.- Reí pero recibí una mirada asesina de su parte así que quite la sonrisa de inmediato.
- ¡Daniela Calle eres una idiota! ¿Cómo te atreves a jugar con mis sentimientos de esa forma?
- Lo siento nena pero tenía que hacerlo.- Me golpeó en el hombro con fuerza haciendo que me quejara.- Ven aquí, te necesito.
Se sentó en la cama frente a mí, sus ojitos se encontraron con los míos y juro por dios que brillaban expresando un inmenso amor que deseaba nunca se apagase. La envolvi con mis brazos pegando su pecho al mío sintiendo a su corazón latir con calma, escondí mi rostro en el hueco de su cuello y aspire su olor, ese olorcito a su perfume favorito combinado con el aroma de su piel tan único e incomparable. La apreté aún más que sentí que la rompería pero no quería soltarla, podría quedarme a vivir entre sus brazos, ella es mi lugar favorito en el mundo. Amo perderme en el verde de sus ojos, los cuales transmiten una increíble paz, amo ver su hermosa sonrisa tan contagiosa y cálida, amo sus abrazos porque me transmiten seguridad, amo como su cabello danza en el viento y como me mira cuando estoy distraída o hablando de algo que me interesa, amo cada centímetro de su cuerpo. La amo a ella desde la cabeza a los pies, la amo como nunca imaginé amar a alguien, la amo tanto que todos mis planes la incluyen, la amo tanto que en mi corazón ya no cabe nadie más. Mi amor por ella crece cada día, a cada segundo a cada instante, quiero envejecer a su lado.
- Te amo María José. Se que estamos en un hospital rodeada de máquinas y médicos, se que es el ambiente menos románticos en el mundo.- Reí y ella también.- Pero la verdad eso no me importa porque tú haces que todo sea bonito, así que aquí sin más quiero hacer la pregunta más importante de mi vida.
- Estoy esperando que alguna broma salga de tu boca como siempre haces.- Me miró por el rabillo del ojos.
- María José, sabes que te adueñaste de mi corazón desde que llegaste a mi vida, sabes que eres lo más importante para mi ahora y siempre, eres lo más bonito que pudo pasarle así que por favor ¿me harías la mujer más feliz del mundo y te casarías conmigo?
- ¿Es en serio?.- Las lagrimas se deslizaban por sus mejillas.
- Es lo más en serio que he dicho en mi vida, en este momento no tengo un anillo pero prometo que pondré uno en tu mano si me dices que si, por favor cásate conmigo María José y seamos tu y yo contra el mundo hasta que seamos ancianas.
- A todo le digo sí, si es contigo. ¿Y mi futuro? Sí, sí será contigo.
Tomé su rostro entre mis manos para besar sus labios, en medio del beso sonreímos como en esas películas románticas en las que te muestran lo felices que van a ser los personajes juntos pero déjenme decirles que no todo es color de rosas y que la realidad no es como en las películas.
___________________
Holaa! Nuevo capítulo. Quería agradecerles a todos los que dejan su like, gracias por leer mi historia. La cosa se va a ir poniendo intensa, espero que les esté gustando. Los quiero 💜💜🏳️🌈
ESTÁS LEYENDO
SEÑALES DE AMOR - (CACHÉ)
RomansaCuando dos almas se tienen que encontrar, el destino acerca los mundos, borra las distancias, une los caminos y desafía lo imposible. Y tú, ¿crees en el destino?