(D)
Luego de follar con María José nos fuimos a la cama, nos acurrucamos juntando nuestros cuerpos desnudos y sintiendo la cálida piel de la otra. Me quedé unos cuantos minutos acariciando su cabello hasta que se quedó dormida, yo solo la envolvi con mis brazos conciliando el sueño.
¿Nunca les ha pasado que están profundamente dormidos pero se sienten extraños como si su subconsciente quisiera que estuvieran alerta porque algo está sucediendo o puede ocurrir algo malo?. Bueno eso me pasó esa misma noche, no estaba teniendo ningún sueño, mi mente estaba en neutro pero tenía la sensación de que algo iba a pasar.
Me desperté de golpe con mi corazón tan acelerado que podía sentir las palpitaciones en mis oídos, mire a mi lado notando a mi mujer con el rostro relajado mientras dormía. La habitación se sentía rara, se sentía fría, pero al tocar a María José ella estaba tibia, sentía mi cuerpo tenso por el aire frío. Encendí la lámpara en la mesita de noche que iluminó la oscura habitación con su tenue luz, el aire estaba apagado así que no comprendía el frío que hacía. Me volví a acostar abrazando a la hermosa castaña para entrar en calor.
Me giré dándole la espalda tratando de conciliar nuevamente el sueño. La sentí moverse en la cama y su brazo me envolvió en un abrazo pero ese abrazo se sentía raro, la textura de su piel se sentía rara y ahora estaba fría provocándome un escalofrío. Giré rápido encontrándome con el rostro espectral de Juliana, ¡No de nuevo! ¡por favor, no de nuevo!.
Caí de la cama arrastrándome hasta llegar a una esquina de la habitación enrrollandome mientras cerraba los ojos con fuerza para no verla.
El ruido cesó así que lentamente fui abriendo los ojos pero la situación era peor, por debajo de la puerta entraba agua sin parar. Me estaba desesperando, las visitas de Juliana no eran de mi agrado, ella me tortura recordándome que por mi culpa la perdimos. La habitación se está inundando y a esta altura ya no se distinguir un sueño de algo real porque para mi era tan real que el dolor me quemaba el pecho.
Cerre los ojos afrontando lo que estaba pasando y para cuando volví a abrirlos ya no estaba en la habitación, estaba bajo el agua, todo era oscuro y frío. Mire a un lado divisando el viejo auto de mis padres, "el auto". Podía ver a Juliana removienose en el asiento, luchando por salvarse, sus ojos se encontraron con los míos justo como lo hizo ese día y lo supe en ese momento me di cuenta de que no me miraba esperando que la ayudara sino que su expresión decía que la dejara. De repente dejó de moverse mientra flotaba y el agua entraba llenando sus pulmones, llevándose a mi mejor amiga, llevándose a la persona más importante en mi vida. Grité, grité con todas mis fuerzas cuando el dolor me desgarraba por dentro.
Así que allí estaba hundiéndome en la fría agua de aquel lago mientras veía alejarse hacia la profundidad aquel auto que consigo se llevaba una parte de mi.
Me estaba rindiendo, ya no quería pelear, solo quería hundirme y aliviar todo lo que sentía pero me vi siendo arrastrada con fuerza fuera de aquella fría oscuridad.
............
Me senté en la cama con el corazón galopando en mi pecho, mis mejillas estaban húmedas debido a las lágrimas que escurrian por las mismas, mis manos temblaban sobre mis muslos mientras soltaba algún que otro sollozo. Levanté la vista para encontrarme con aquellos hermosos ojitos verdosos que en ese momento expresaban tristeza y preocupación. Sus manos envolvieron las mías con delicadeza, estábamos en silencio pero no era un silencio incómodo sino uno que me confortaba, se sentó en mi regazo envolviendome con sus brazos, escondí mi rostro en el hueco de su cuello soltando el aire que había estado reteniendo en mis pulmones por demasiado tiempo. No quería hablar, solo quería quedarme ahí en su abrazo, sintiendo el aroma de su piel y su corazón en sintonía con el mío. Ella era la luz en mi oscuridad, mi salva vidas, mi cable a tierra, simplemente era todo lo que necesitaba.
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SEÑALES DE AMOR - (CACHÉ)
RomanceCuando dos almas se tienen que encontrar, el destino acerca los mundos, borra las distancias, une los caminos y desafía lo imposible. Y tú, ¿crees en el destino?