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(D)

Charlotte siempre se empeña en sacar lo peor de mi. Nuestro último encuentro no fue del todo amigable, creí que había cambiado pero me equivoqué, sigue siendo la misma de siempre, la que no le importa destruir todo a su paso con tal de obtener lo que quiere.

Desde que nos conocimos siempre ha sido muy apegada a mi, no la culpo sus padres nunca estaban en casa y yo era lo más cercano a una familia que tenía, con el tiempo ese cariño se fue transformando en una enferma obsesión. Un día quiso intimar conmigo pero me negué, sabía que eso podría poner en juego muestra amistad, por supuesto a Charlotte eso no le importo ya que terminó por convencerme. Al principio era algo normal, teníamos sexo, el mejor. Yo era su sumisa, así fue como entre en este oscuro mundo del sadomasoquismo, la cosa es que al fallecer Julieta yo reprimi todas mis emociones por lo que me aferre a ese mundo negándole a las personas conocer más allá de lo que yo quisiera que supieran sobre mi.

Al terminar la universidad yo quise volver a Bogotá pero Charlotte se negaba a dejar Nueva York así que allí fue cuando tomamos caminos distintos. Yo hice mi vida creciendo en el mundo empresarial y ella siguió los pasos de su familia convirtiéndose en una empresaria impecable y en una mafiosa de primera.

Charlotte fue mi refugio ante la muerte de mi hermana, siempre que necesitaba desahogarme recurría a ella, jamás me negó nada pero fue un grave error darle lo que quería, acostarme con ella solo hizo crecer su lado obsesivo al punto de intentar alejar a todas las chicas que conocía.

Todo el tiempo que pasamos lejos creí que le refrescaria la mente y dejaría de lado esa estúpida idea en la que vivimos juntas en su casita felices por siempre.

Ahora aquí está, conversando con mi madre sobre lo deliciosos que están los aperitivos. Lo que yo deseo es extrangularla pero no puedo porque le prometí a mi hermosa esposa que me comportaría.

-- Dani recuerdas aquel cumpleaños en el que le quisiste hacerle una sorpresa a tu mamá pero thor se comió los cupcakes así que tuvimos que explicarle que había ocurrido con su sorpresa.-- Charlotte reía animadamente junto a mi madre.

-- Dani no seas aburrida, si fue divertido.-- Dijo mi madre mientras reía a carcajadas.

-- Sí, lo recuerdo.-- Logré decir haciendo una media sonrisa.-- ¿Y cuándo te vas?

-- Daniela Calle no seas tan descortés.

-- Discúlpenme pero debo retirarme.

Me levanté y salí de aquella habitación lo más rápido que pude. Caminé hacia el fondo de la casa, mi respiración estaba agitada y la rabia sólo se incrementaba en mi interior, intente respirar pero lo único que conseguí fue darle un puñetazo a la pared, una y otra vez golpe en el mismo lugar hasta visualizar la sangre en mis nudillos.

-- ¡Mierda!

-- Aún te comportas como niña, ¿Sabes?

-- ¿Qué haces? ¡Lárgate!

-- No me iré a ningún lado Daniela, lo sabes. Eres mía, siempre lo fuiste y siempre lo serás.-- Tomó mi rostro entre sus manos y acerco sus labios permaneciendo a solo unos centímetros de los míos.

-- Eres una molestia, te pedí que te detuvieras.

-- Solo lo dices para hacer sentir mejor a María José, me amas yo lo sé.

Tomé sus manos y las quité apartandola de mi lado.

-- Nunca te ame Charlotte, amo a María José, la amo más que a nadie en este mundo ya métete eso en la cabeza y deja de molestarme.

SEÑALES DE AMOR - (CACHÉ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora