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(P)

Sus manos acariciaban mis muslos delicadamente mientras yo me enfocaba en ver el marrón de sus ojos, los cuales brillaban cada vez que se encontraban con los míos. Su sonrisa me trasmitía paz, la paz que tanto busqué toda mi vida, sus manos descansaron sobre mi pequeño vientre haciéndome sonreír. Los rayos del sol se colaban por la ventana calentando la habitación, mis manos rozaron su rostro en una caricia lenta y ella sonrió mientras sus ojitos de achinaban en una expresión demasiado tierna.

- No puedo creer que vayamos a ser madres.

- Tengo un poco de miedo pero también estoy muy emocionada.- Daniela se sentó quedando frente a mi.

- No tengas miedo cariño, serás la mejor madre que esté pequeño pueda tener.- Envolvió sus brazos en mi cintura y unió su frente a la mía.

- Estos dos primeros meses han sido bastante extraños, tú te la pasas con Charlotte y Eliot la mayor parte del día y cuando pregunto que traman todos me ignoran.

- Son solo cosas del trabajo cariño, nada importante. Lo único que me importa eres tú y esta pequeñita.

- ¿Cómo sabes que es una niña?.- Sonreí.

- No lo sé, es algo que siento en mi interior.

Nuestras miradas se cruzaron por un momento, la habitación quedó en silencio pero era como si con tan solo vernos nos estuviéramos diciendo todo. Acerqué mi rostro lentamente al suyo, nuestros labios quedaron a centímetros de distancia y trague en seco al sentir su cálido aliento chocar contra mi rostro.

- Te deseo María José.

- Y yo te deseo a ti en todas las formas posibles.

Tomé su rostro para unir sus labios a los míos, sus dedos se deslizaban por mi espalda mientras podía sentir la humedad creciendo allí abajo. Daniela era súper delicada al tocarme desde que se enteró de la llegada del bebé algo que me parece tierno pero necesito a la antigua daniela que me ahorcaba y amarraba.

- Cariño eres muy dulce pero necesito a tu antigua tú.- Me mordi el labio.

- Pero no quiero hacerle daño al bebé o a ti.

- Cariño no ocurrirá nada.

Me miró por unos segundos y su mano se aferro a mi cuello tirando de él para volver a besarme.

- ¿Esto es lo que quieres?

- Si..

Enredó sus dedos en mi cabello tirando hacia atrás, sus labios se deslizaron por mi sensible piel erizando cada bello de mi cuerpo. Desprendió el sujetador lentamente liberando mis pechos, Daniela siempre me observa como si fuera la primera vez que me ve desnuda y eso me calienta demasiado. Sus pulgares acariciaban mis pezones haciéndome sentir el placer en cada parte del cuerpo, su lengua jugaba con ellos, dolían pero a la vez se sentía increíble.

Me tomó de la cintura y giró recostandome en la cama, en su rostro se dibujó una sonrisa llena de picardía. Tome su remera y se la quité desnudando su torso, mis manos viajaron por su pecho desnudo hasta su rostro, ella metió mi dedo a su boca y lo chupó de la forma más sensual que pudo.

Mis piernas se enredaron en sus caderas mientras su mano acariciaba mi muslo, su lengua recorrió mi cuello bajando por mi torso desnudo hasta detenerse en mi zona pélvica.

- Adoro cada centímetro de tu cuerpo María José.- Dijo con una sonrisa en los labios.

Separo mis piernas y mordió mis muslos, para ese entonces estaba tan caliente que podía sentir el vapor en la habitación, su lengua recorrió la tela de mis bragas y yo solo me supuse a cerrar los ojos y dejarme llevar por sus caricias.

SEÑALES DE AMOR - (CACHÉ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora