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(D)

Mi hermosa chica de ojos verdosos y cabello castaño, si supieras lo mucho que me has cambiado desde que llegaste a mi vida. Antes de ti yo no era nada, solo era un manojo de problemas que francamente nadie quería cerca. Vivía en mi burbuja donde creía que bajo la arrogancia y el desinterés nadie podría dañarme pero tú llegaste como un huracán derrumbando las paredes que había construido a mi alrededor. Con esa sonrisa contagiosa y ese carácter desafiante te fuiste metiendo en mi vida haciéndome sentir nuevamente, encendiendo el interruptor de mi humanidad que había apagado hacia ya mucho tiempo. Ahora mi vida solo gira en torno a ti, ahora vivo por y para ti, eres el único motivo por el cual me despierto en las mañanas para abrir mis ojos y perderme en los tuyos. Solamente deseo sentir el roce de tu piel con la mía, sentir tus suaves labios acariciar los míos con tanta dulzura como lo haces. Reírme de tus chistes por más malos que sean, el tiempo a tu lado es lo mejor de mis días, tú me haces bien, me haces sentir viva.

Mi pequeña niña, estaba recostada de lado sobre la cama mientras contemplaba el perfecto rostro de mi mujer, sus facciones estaban serenas y su respiración era tan relajada, quería quedarme ahí para siempre solo admirando su belleza. Se estiró en la cama para recostarse de lado, sus ojitos se fueron abriendo lentamente y una sonrisita se dibujó en su rostro.

- Debes dejar de hacer eso.- Se cubrió el rostro con las manos.

- Jamas. Verte dormir es uno de mis pasatiempos preferidos.- Me acerqué para rozar su nariz con la mía.

- Siempre sabes que decir, es una de las cosas que me agradan de ti.- Se acurruco entre mis brazos.

- Debemos levantarnos nena. Tengo que ir a la oficina.- Deje un cálido beso en su frente y otro en sus labios.

- Mm.. mejor quédate aquí conmigo.- Hizo un tierno puchero.

- María José no hay nada que quiera más que quedarme todo el día a tu lado pero por desgracia debo trabajar.- Hice una media sonrisa.- Pero si deseas puedes acompañarme.

- De todas formas debo ir, ¿se te olvidó que compraste mi empresa?, ahora trabajo para ti.- Claramente su enojo no se iba a ir jamás.

- Es verdad, discúlpame nena yo.. yo creí que te estaba dando una ayuda pero creo que me equivoque.- Hice cara de perrito tratando de causar algún efecto de ternura.

- Si sabes que jamás podrás compensar eso. Fue algo demasiado irrespetuoso de tu parte Señora Calle.

- ¿Así que ahora tendré que ver tu mirada asesina todos los días?.- Reí viendo su intento por intimidarme.

- Así es, tendrás que ver este rostro todos los días.

- Bueno en realidad eso no es un problema para mi teniendo en mente todo lo que podría hacer contigo sobre mi escritorio.- Mordio su labio y estoy segura que por su mente estaban pasando muchas cosas.

- Señora Calle eso no es muy profesional de su parte.- Se levanto de la cama dándome la espalda y mis ojos viajaron hasta su enorme culo.

- ¿Me está provocando señorita Garzón?- Levante la ceja.

- Tal vez..- Fue lo último que dijo antes de adentrarse al cuarto de baño.

Decidí acompañarla para no perder tiempo pero para mi mala suerte no me dejo tocarla porque según ella llegaríamos tarde al trabajo, para mi eso no es un problema porque soy la Jefa pero al parecer mi mujer no es muy fan de la impuntualidad.

Salí del cuarto de baño envuelta en la toalla divisando la hermosa silueta del cuerpo desnudo de la castaña, sin hacer ruido deje caer la toalla y caminé hasta pegar su espalda a mi pecho. Lleve las manos a sus pechos y los masaje lentamente haciéndola jadear bajito.

SEÑALES DE AMOR - (CACHÉ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora