SEÑALES DE AMOR - (CACHÉ)

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•𝓑𝓪𝓳𝓸 𝓽𝓾 𝓹𝓲𝓮𝓵

(D)

Caminaba bajo los calientes rayos de sol mientras sentía la fría arena en la planta de los pies, soplaba una brisa fresca que apasiguaba el calor que hacía y las risas de las pocas personas que yacían cerca se colaba por mis oídos.

No muy lejos podía divisar a la hermosa chica de cabello castaño quien mojaba sus pies en las cristalinas aguas. Me acerqué lentamente envolviendo su cintura con mis brazos y dejando descansar mi mentón en su hombro.

- Es hermoso ¿no lo crees?

- Es el amanecer más bonito que he visto.- Deposite un beso en su mejilla.

Ella giró para verme de frente envolviendo sus brazos en mi cuello, sus labios descansaron sobre los míos en un lento beso lleno de todo el amor que sentíamos, en medio de ese beso salió como un susurro un "te amo" acompañado de una tierna sonrisa.

Tomé su mano entrelazando sus dedos con los míos mientras caminábamos sin prisa sobre la arena sin un rumbo fijo, solo disfrutando de nuestra compañía.

...

- Algo se está quemando aquí.- La oí decir mientras ingresaba en la cocina.

- ¡Mierda! Las tostadas.- Río bajito.- ¿Te estás burlando de mi?

- No.. para nada cariño.- Levanto las manos en forma de paz.

- Sólo quería prepararte un rico desayuno.- Hice un puchero.

- La intención es lo que cuenta mi amor. Podemos ir por algo a la cocina del hotel.

- Si creo que es una buena idea.

Tomamos asiento, ese día hacía bastante calor. En unos pocos minutos el joven mesero llegó con la comida por lo que le agradecimos amablemente.

- ¿Es la primera vez que vienes aquí?

- Si, jamas había venido pero siempre quise hacerlo y que mejor que realizarlos con la mujer que amo.

- Es muy bonito, había oído sobre las "Maldivas" pero no sabía que era tan hermoso.

- Es muy pintoresco y tranquilo. Me agrada.

- ¿Podemos ir a nadar?

- Claro que sí, organicé un paseo por la isla, será divertido.

El hotel era realmente hermoso, se situaba sobre el agua. Las cabañas eran preciosas, y nos pasábamos la mayor parte del día en ella o en el agua. Elegí este lugar para la luna de miel porque es muy tranquilo y realmente quería disfrutar de nuestro tiempo a solas en un lugar pintoresco y que nos transmitiera paz.

- Mira los pececitos, que bonitos.

- ¿Quieres verlos de cerca?

- ¿Podemos?

- Claro que sí, deja te ayudo a ponerte el equipo de buceo.

Estar bajo el agua rodeadas de pececitos era algo realmente hermoso, ver la felicidad de Poché me hacía realmente feliz a mi. Esa mujer es todo para mí y siempre lo será.

- ¿Te gustó el paseo?.- Pregunte mientras la envolvía en una toalla.

- Me encantó, fue muy hermoso. Los peces eran demasiado lindos, tenían diferentes colores. La isla es preciosa.

Tomé su mano y observe la alianza en su dedo junto al anillo de compromiso, aún no podía creer que fuera mi esposa, la verdad no se que fue lo que vio en mi pero deseo que jamás deje de verlo. Poché es mi mundo, soy inmensamente feliz a su lado. Recuerdo el día de la boda, mi reflejo en el espejo usando el bonito vestido blanco, recuerdo mi recorrido hacia el altar y los nervios que sentía, llevo grabada en mi memoria la primera vez que vi a María José en su vestido y lo radiante y perfecta que se veía, recuerdo cuando tomé su mano y con la mayor de las felicidades dije "acepto".