SEÑALES DE AMOR - (CACHÉ)

21

(D)

Era viernes por la mañana, mire el reloj de oro en mi muñeca *10:20*, si hay algo que odio es la impuntualidad. Se suponía que ese día debía tomarme la molestia de elegir a la que sería mi nueva o nuevo secretaria/o, me puse de pie y caminé rumbo a los ventanales de mi oficina, mi humor se estaba tornando en uno no tan bueno al saber que debería seguir perdiendo tiempo en esas absurdas entrevistas de las cuales debería hacerse cargo alguien más.

- Por favor disculpe el retraso.- Oi decir a una chica con nerviosismo.

Gire para encontrarme con una joven de piel pálida, cabello rojizo y ojos azules que yacían bajo unas gafas de armazón dorado. La chica me miró e inmediatamente desvió la vista a sus manos que jugaban entre sí dándome a entender que estaba nerviosa.

- Pasa y toma asiento. Solo tengo para ofrecerte unos minutos.- Señale el sofá.

Caminó con rapidez para tomar asiento.

- Mi nombre es Hann..- No la deje terminar la oración.

- Hannah Martínez. Graduada con honores de Stanford.- Dije analizándola.

- Si señorita, ¿cómo lo supo?.- Dijo con voz temblorosa.

- Se todo sobre cada persona que entra y sale de esta empresa señorita Martínez. Leí su currículum, se que es más que capaz de cumplir con el trabajo pero mi pregunta es ¿está dispuesta a sacrificar horas de su tiempo para dar lo mejor en esta empresa?, por qué si no es así puede salir por la misma puerta por la que acaba de entrar.- Explique con voz firme.

- Si señorita, estoy más que segura. Trabajar aquí es una gran oportunidad para mi carrera.

- Bien, se lo suficiente. Si no le molesta ya puede comenzar.

La chica solamente asintió ante mis palabras y se levantó con rapidez saliendo de la habitación.

Me dirigí al mini bar, tomé un vaso colocándole algunos hielos para proceder a volcar una cantidad considerable de whisky. Tome un sorbo sintiendo la bebida calentar mi garganta mientras descendía.

Recordé que hoy enviarían las cosas de María José a mi casa así que tomé el celular para marcarle a Marck.

Marck trabaja hace muchos años con nosotros, él se encarga de mi seguridad aunque ya le dije a mi padre que no la necesitaba el insistió en que aceptara que él me cuidara. Marck es como mi segundo padre, siempre está al pendiente de que nada me suceda y la verdad le tengo mucho cariño.

- Marck, ¿cómo estás?. Te llamaba para preguntar si las pertenencias de María José ya habían llegado.

-  Señorita Daniela, me encuentro de maravilla, ¿usted se encuentra bien?. Con respecto a las pertenencias acaban de llegar y la Señorita María José fue quien las recibió.- Explicó el hombre con calma.

- Si Marck todo bien. ¿La señorita esta ahí en la casa?.- Pregunté imaginando que se encontraba en el estudio.

- Si ella se encuentra aquí, llego hace un par de horas.

- De acuerdo, muchas gracias Marck.

Finalice la llamada y salí de mi oficina para ingresar en la de mi secretaria.

- Señorita Martinez, ¿podría decirme si hay algo programado para hoy?