SEÑALES DE AMOR - (CACHÉ)

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(P)

Desperté al sentir el colchón hundirse, lo primero que visualice fue a Kate quien me observaba con expresión de idiota.

—— ¿Qué quieres?

—— Sólo vine a decirte que vendrá una profesional a revisarte hoy, debo saber que nuestro bebé goza de buena salud.

—— ¿Nuestro? ¡Jajaja no me hagas reír! Si quieres que el bebé esté bien deja que me vaya entonces.—— Chasqueo la lengua en forma de desaprobación.

—— No te irás a ningún lado María José.

—— Falta poco para que el bebé nazca, ¿Quieres qué lo haga aquí? Sabes de mi condición, sabes que es riesgoso.

—— Él bebé nacerá aquí, fin de la discusión. Además tengo todo perfectamente planeado.

—— Tengo ocho meses de embarazo, he permanecido dos semanas enteras aquí encerrada sin ver la luz del día, ni socializar con nadie. Necesito que me dejes ir.

—— ¡Tú eres mía!, ¡me perteneces!. No verás nada más que esta habitación hasta que yo lo diga.

—— ¿Si sabes qué el bebé puede adelantarse? y si eso pasa debe estar en un centro médico para que puedan atenderlo.

—— Aquí tendrá toda la atención que necesita.

¡Maldición Kate! Estás agotando mi paciencia.

—— Solo ruega porque no nos pase nada o Daniela se encargará de mutilarte y darle tus extremidades a los perros.

—— Daniela solo es un montón de palabras, jamás se atrevería a tanto.

—— Yo no estaría muy segura de eso.—— Deje esas palabras en el aire y pude ver su expresión de disgusto.

—— Me retiro, en un rato llegara la obstetra.

Besó ligeramente mi cabeza pero yo me aparte viéndola con asco, ella solo sonrió para luego salir de la habitación.

Hoy cumplo los ocho meses de embarazo, me siento tan triste que tan solo sigo viviendo por mi pequeño. Cada mes hacemos una pequeña celebración con Daniela, ella me regala flores y luego vamos a comer a nuestro restaurante favorito pero este mes es diferente, hoy estoy sola, encerrada aquí en este lúgubre lugar. Lo único bueno es que Kate accedió a desencadenarme para que pueda caminar de forma más libre.

La puerta sonó, oí pasos. Un rostro conocido se asomó por las escaleras.

—— María José ¿cómo te encuentras?

—— ¿Charlotte?, ¿tú estás con ella?

—— Arruinaste mi vida ¿qué esperabas?

—— No creí que fueras capas de algo así, por un momento pensé que apreciabas a Daniela.

—— Es por ella que hago esto, tú nunca serás suficiente.

—— ¿Y qué haces aquí? ¿Vienes a burlarte de mi o a ver si aún no me morí?

—— La idea no es que mueras María José, bueno al menos no hasta que ese bastardo nazca.

—— ¿Y qué te hace pensar que moriré? Daniela me encontrará.

—— Daniela ni siquiera se acuerda de ti, tan pronto como despareciste ella corrió a mis brazos.

—— Eso es mentira, ella jamás haría eso, te desprecia.

—— Yo no estaría tan segura de ello. Verás Daniela es una persona con una personalidad muy peculiar y tú no sabes complacerla. Sabes ella no quería hijos, ¿nunca te lo dijo? Claro que no, no quería lastimarte. Tú la hiciste reprimirse, se volvió una maldita sumisa gracias a ti, se que esta muriendo por dentro y todo es tu culpa.