Capítulo 18.

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Desde que Hyun Jin le había robado su primer beso, Seung Min evitaba encontrarse con él. Ni siquiera lo volteaba a ver durante las clases, se escondía en cada receso para no tener que intercambiar ni una sola palabra, huía de la escuela tan pronto como llegaba la hora de salida, a veces se tardaba más de tres horas en contestar un simple mensaje, cosas por el estilo... Empezaba a detestar hacer todo eso. Sin embargo, la sensación que lo había invadido al tener los cálidos labios de Hyun Jin sobre los suyos era tan curiosa, estaba convencido de que necesitaba tiempo para deshacer el nudo en su cabeza y comprender qué estaba pasando.

—Te gusta Hwang Hyun "Sonrisa Perfecta" Jin —concluyó Ji Sung, en tan sólo un par de minutos, después de haber escuchado la historia de su amigo pelinegro.

—¡¿Qué dices?!

—Es obvio. Por eso lo besaste.

—¡No! —Gritó Seung Min—. Te digo que él me besó a mí, ¿por qué no me estás poniendo atención?

—Todos son iguales. Tienes que alejarte de él antes de que te utilice como Min Ho me utilizó —dijo con una seriedad que hasta hizo temblar el cuerpo del contrario.

—¿Qué?

—Sólo bromeo —sonrió—. Tuve mis dudas en un inicio, claro, pero ya no me parece que Hyun Jin sea igual de idiota que Min Ho. Se podría decir que lo apruebo.

—Pero... n-no me gusta, ¿o sí?

Ji Sung sólo se encogió de hombros, sin borrar aquella sonrisa de sus labios. Seung Min pasó el resto de la noche pensando en qué era lo correcto, sólo para actuar de la manera más apropiada al día siguiente.

Comenzó por responder los mensajes de Hyun Jin sin tardar tanto entre cada respuesta y por desearle buenos días al encontrarse con él en la entrada de la escuela, aunque era evidente que se ponía nervioso con sólo pasar cerca del más alto.

El día escolar terminó rápidamente, según la perspectiva de Seung Min, quien salió del edificio en el mismo instante en el que escuchó la voz de su profesor diciendo que ya podían retirarse. Al poner un pie en el exterior, tuvo que enfrentarse a una temperatura un tanto baja que lo hizo abrazarse a sí mismo.

—¿Te llevamos a casa, Seung Min? —Ji Sung rodeó sus hombros con un brazo—. Vamos, di que sí, mi papá ya terminó su trabajo por hoy.

—Ah... Eso me vendría muy bien, gracias.

—¡Fantástico! ¡Sígueme! —Lo soltó para empezar a correr hacia donde su padre lo esperaba con el automóvil ya encendido.

Seung Min intentó seguir al contrario, pero se quedó quieto cuando de manera repentina una bufanda bastante cálida estuvo rodeando su cuello. Al dar media vuelta, su mirada se encontró con la de Hyun Jin y sus mejillas se pusieron un tanto rojas.

—Me di cuenta de que viniste sin bufanda hoy —comentó el mayor con simpleza—. Podrías enfermarte.

—¡E-estoy bien! No es necesario que me prestes tu bufanda...

—Regrésamela hasta mañana, ¿de acuerdo? —Le guiñó un ojo y se marchó, sabiendo que Seung Min no deseaba hablar mucho con él en esos momentos.

Hyun Jin se acercó a donde el señor Choi se había estacionado para esperarlo y subió al vehículo, dejando salir un suspiro hasta que tuvo cierta privacidad. Estaba desanimado y preocupado, tanto que no había manera alguna en la que pudiera esconderlo, aunque seguía esforzándose por lucir tranquilo.

Tenía tanto miedo de haber arruinado por completo su relación amistosa con Seung Min por culpa de aquel beso que le había robado.

Al menos ahora tenía una excusa para acercarse a él otra vez. Seung Min le tenía que devolver la bufanda y, si por alguna razón no se animaba a hacerlo, entonces él mismo podría pedirle que la regresara. Era como un plan a prueba de fallas... Sólo que hecho accidentalmente, ya que su única intención desde el inicio fue que el pelinegro no se resfriara.

Lo suficientemente bueno [HyunMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora