Lo suficientemente bueno [HyunMin]

Capítulo 12.

Seung Min y Hyun Jin se habían quedado dormidos en la cama del más bajo, compartiendo el pequeño espacio con gusto. La espalda del pelinegro chocaba contra el pecho del castaño, quien lo sostenía con ambos brazos para que no se alejara de él y terminara cayéndose al suelo, cosa que al mismo tiempo servía para darse calor uno a otro. Era la segunda vez que el mayor iba a ese apartamento después de un día escolar.

Seung Min entreabrió los ojos cuando la pantalla del teléfono celular ajeno se iluminó sobre la almohada con tal intensidad que lo obligó a despertar. La noche había caído un par de horas antes y estaban buscando a Hyun Jin, pues éste ni siquiera le había dicho al señor Choi a dónde tenía que pasar por él ni a qué hora.

—Hyun Jin... —Su voz somnolienta alcanzó sin mucho problema los oídos del más alto.

—¿Hm? —Le hizo saber al contrario que lo había escuchado, pero aún no despertaba por completo.

Seung Min entonces giró su cuerpo, viendo al castaño frente a frente y, con toda tranquilidad, le preguntó:

—¿Por qué estoy como tu fondo de pantalla?

Hyun Jin se encogió de hombros, mas dejó que una sonrisa se extendiera por sus labios mientras Seung Min lo veía.

—Se está haciendo tarde, tengo que regresar —habló tras unos cuantos segundos de silencio relajante—. ¿Puedo pasar al baño antes?

Seung Min iba a indicarle en dónde estaba el baño para las visitas como había hecho la última vez, pero al final le ofreció el suyo, incorporándose en la cama y señalándole a su invitado la puerta de madera cerrada.

El mayor se levantó para ir hacia el cuarto de baño y Seung Min volvió a ver, sólo por curiosidad, la fotografía en el fondo de pantalla de Hyun Jin. Debía reconocer que se veía realmente feliz, con sus anteojos recién puestos y una sonrisa de oreja a oreja. Era una buena fotografía.

Después de guardar un par de imágenes que le servirían como inspiración para diseñar más tarde, Felix se preparó para investigar cuál sería el siguiente lugar en el cual Chan y Eun Jin harían servicio comunitario. Estaba algo cansado, pero se tomaba muy en serio el poder pasar tiempo con el otro australiano, por lo que siempre encontraba al menos unos veinte minutos para dedicarse a seguir su rastro.

Navegando por el perfil de Eun Jin vio con poco interés que la publicación más reciente era sólo un plato con dak galbi* y, si deslizaba su dedo por encima de la pantalla, una selfie tomada en un espejo, donde se podía apreciar su lindo vestido color rosa pálido que le llegaba hasta un poco más arriba de las rodillas.

—Por supuesto, presumes que tú sí puedes tener citas con Chan hyung, ¿no? —Se quejó a pesar de que Eun Jin no podía escucharlo, regresando a la fotografía de la cena para verla mejor—. ¿Por qué fuimos a un sitio tan simple para comer cuando estuvimos los tres juntos la semana pasada, pero escogieron algo así para cenar? ¿Es porque estaba con ustedes? Eso se ve más... aceptable, no como si fuera de la mejor calidad, pero sin duda hubiera preferido acompañarlos a ese restaurante.

Celoso, volvió a la página principal de Instagram para ver otras publicaciones y por pura casualidad se encontró con una fotografía recién subida por Ji Sung. Ni siquiera recordaba que lo había empezado a seguir.

Chan aparecía de pie junto a él, sonriendo a la cámara, y en la descripción sólo se mencionaba que habían salido por una pizza.

Regresó al perfil de Eun Jin y miró con cierta confusión la fotografía del dak galbi. Ese platillo solía compartirse, pero si no había salido a cenar con Chan, ¿quién estaba con ella? Podía tratarse de una amiga, tal vez un familiar... Pero si fuera el caso, ¿para qué se había arreglado tanto? El vestido que mostraba en su selfie parecía más bien algo que cualquier chica usaría para verse fantástica en una cita.