Capítulo 5.

1.3K 191 98
                                    

Estaba tan cansado que por un segundo llegó a creer que unos arbustos en verdad conocían su nombre y le estaban hablando en la entrada de la escuela. No fue hasta que alcanzó a ver bien cómo Hyun Jin se asomaba levemente por detrás de aquellas plantas que soltó un suspiro de alivio y caminó hacia él, agachándose después a su lado y agradeciendo en silencio no estar loco.

—Ah... ¿Hola? ¿Puedo saber por qué te escondes?

—Porque si Felix ve que hablo contigo, querrá arrastrarme otra vez. ¡Es ridículo! No llevo ni una semana en esta escuela y ya hay un montón de personas que me miran como si fuera un insecto raro sólo porque te hablé —se rio—. Sabía que empezar en un sitio nuevo podía ser difícil, pero nunca imaginé que sería así...

Seung Min rio bajito, contagiado por el castaño. A él también le parecía muy tonto tener que ocultarse para tener una conversación simple en paz, y aun así, no se fue.

—Te entiendo. Ji Sung tampoco estaría muy contento si supiera que estoy hablando contigo.

—Lo dejó claro en el comedor.

—¿Sabes? La primera vez que me hablaste, fui... un poco grosero contigo —le dijo al más alto—. Me han molestado tanto que no puedo evitar ponerme a la defensiva cada vez que me habla alguien que no tiene problemas para pagar las cuotas de esta escuela. No tuve la oportunidad de ofrecerte disculpas por eso... Q-quiero decir... No pareces tan malo como los otros... —Expresó torpemente—. ¿Podrías perdonarme?

—¡Claro! No te preocupes por nada —respondió con una sonrisa sincera—. La verdad es que me gustaría hablar más contigo. ¿Te parece bien si intercambiamos nuestros números de teléfono?

—Oh... Y-yo... no tengo teléfono.

—¿Qué? ¿En serio? —Soltó con cierta decepción—. Bueno... Pensaba en cambiar el mío pronto, así que podría darte el que uso ahora una vez que tenga el nuevo en mis manos —agregó, enseñándole su celular—. No es como que éste se encuentre en mal estado.

—Gracias, pero no tengo suficiente dinero, jamás podría comprar un celular así.

—No, no —movió su cabeza de un lado a otro un par de veces—. No es mi intención vendértelo. Puedo regalártelo.

El pelinegro parpadeó un par de veces tras escuchar aquello, sintiéndose de lo más confundido. ¿Hyun Jin estaba bromeando? ¿Acaso había una cámara oculta por ahí? ¿Se burlarían de él? ¡¿Qué estaba pasando?!

Se tardó un poco en reaccionar y por fin poder mirar al contrario fijamente para preguntar:

—¿Estás loco?

—¿Lo estás tú? —Cuestionó acompañado de una suave risa—. ¿Cómo es que no tienes un teléfono celular? Hoy en día es una necesidad.

—Es un privilegio —lo corrigió.

—¿Eh?

—Poder tener un teléfono así como el que tú tienes... —Señaló el aparato en la mano de Hyun Jin—. No es una necesidad, es un privilegio —volvió a aclarar.

El castaño guardó el teléfono en el bolsillo de su pantalón, quedándose sin saber qué decir por varios segundos. Seung Min se levantó cuando escuchó el timbre que anunciaba el inicio de las clases de ese día y volteó a ver al otro chico, casi como si con la pura mirada le preguntara si él también iba a ponerse de pie para ir hacia el salón, pero sin obtener la respuesta que esperaba.

—No entendí —desvió la mirada—. Entonces... ¿Aceptarías el teléfono que tengo ahora o no? ¿Me acompañarías a comprar uno nuevo?

—No, no puedo aceptarlo, es demasiado —suspiró—. Pero supongo que sí puedo ir contigo a que compres un celular nuevo para ti. Sólo avísame con tiempo.

Lo suficientemente bueno [HyunMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora